RANDERS HK 32

ITXAKO 32

Itxako se ha ganado con merecimiento las semifinales de la Copa EHF. Navarras y danesas comenzaron copiando el partido de ida pero en esta oportunidad ninguno de los dos pudo romper el marcador en su favor de manera definitiva. Tal y como se preveía la dureza defensiva de las escandinavas obligó a las amarillas a realizar un colosal esfuerzo táctico y físico.

Táctico porque fue necesario en ataque elaborar hasta encontrar la mejor opción y físico ya que en todo momento las de Ambros Martín se llevaban cuando no un golpe, un empujón o la presión de varias contrarias. A todo se sobrepusieron una y otra vez en un partido vivo al que en determinadas fases le faltó ritmo y continuidad.

El mando

A ello contribuyó sobre manera la desconcertante aplicación del juego pasivo dictado por las colegiadas. Sin embargo pudo Itxako llevar durante una buena parte el mando en el luminoso y también en el juego. El Randers planteó una pegajosa defensa con mucho contacto y rapidez endiablada en su posesión y aunque en varios momentos pilló a traspiés a su contrincante el intercambio de goles favorecía a las de Lizarra, que llegaron al intermedio dos goles por debajo (17-15) y con la certeza de estar haciendo lo debido.

Un parcial de 0-2 en apenas minuto y medio devolvía las tablas, incrementaba la ansiedad en las escandinavas y permitía serenar el buen juego. El toma y daca daba alternativamente exiguas ventajas agotando con el tiempo las esperanzas y posibilidades de un Randers voluntarioso que ya sólo quería despedirse de Europa con victoria.

Ambros Martín exigía tensión y cabeza para ganar el choque y en ese detalle encontró el partido su importancia. Con la eliminatoria ya resuelta ni unas ni otras bajaron la cabeza y lucharon enconadamente por decantar la balanza en su favor.

Generosos en el esfuerzo el empate hizo justicia al pundonor de las protagonistas y así lo premio el respetable con su aplauso. En las filas amarillas destacó el bloque, el juego colectivo y la ambición. En misiones ofensivas Mihai, bien secundada por Pinedo y Pena.