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CRÓNICA Salud laboral

Osalan constata que en Michelin de Lasarte también hay amianto

En cuatro meses han fallecido dos trabajadores de Michelin de las plantas de Gasteiz y Lasarte por haber estado en contacto con el amianto. Osalan ha constatado la existencia de amianto en ambos centros de trabajo y exige a la dirección de la multinacional controles médicos específicos para las plantillas, para detectar si hay nuevos afectados.

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Juanjo BASTERRA

Antonio Lekuona, ex trabajador de la planta que la empresa Michelin tiene en Lasarte, falleció hace quince días debido al cáncer generado por haber trabajado desde 1960 en contacto con el amianto. Se repitió así la historia, ya que a mediados de noviembre del año pasado murió Javier Martínez Díaz de Zugazua, ex trabajador de Michelin en la planta de Gasteiz, por un cáncer de pleura. La multinacional también ha sido condenada en el Estado francés por el uso del amianto sin medidas de protección para los trabajadores.

Un informe de Osalan al que ha tenido acceso GARA confirma que en la planta de Lasarte está presente el amianto, por lo que exige en materia de prevención que «se aplique de forma rigurosa la actividad preventiva implantada en la empresa con respecto a la actuación a seguir en las operaciones de manteamiento, ante los casos de sospecha de posible presencia residual de amianto en las instalaciones y equipos de trabajo».

Respecto al conjunto de la plantilla, que en la actualidad está conformada por 1.605 personas, Osalan exige que se realicen reconocimientos médicos periódicos a todos los trabajadores con antecedentes de exposición a amianto en la empresa, «siguiendo el protocolo especifico vigente para el mismo».

También reclama que se remita el nombre y el número de los posibles afectados y precisa a la multinacional francesa que «cuando dichos trabajadores cesen en su actividad en la empresa por jubilación, cambio de empresa o cualquier otra causa, se deberá notificar a Osalan a fin de que se procuren reconocimientos postocupacionales».

Igual que ocurrió en la planta de Gasteiz, la dirección de la empresa ha negado la existencia del mineral cancerígeno en todo momento y, además, quienes han estado realizando el informe se han encontrado con dificultades para determinar dónde hubo o hay amianto. Sin embargo, el informe de Osalan afirma con rotundidad que «durante los años 1960 a 1984 el trabajador Antonio Lekuona Mitxelena frecuentara ambientes en la empresa Michelin, en sus trabajos de soldador-tubero, donde, aunque no se determinaron las concentraciones de fibras de amianto pudieron llegar a representar un alto riesgo por inhalación».

Sin protección

Otro elemento que constata es que «el origen del mesotelioma pleural del trabajador es compatible con su exposición a amianto» y constata que «es improbable que el trabajador utilizara equipos de protección individual de las vías respiratorias durante su trabajo».

El informe de Osalan expresa que uno de los efectos específicos del amianto es precisamente el mesotelioma pleural. «No hay un límite suficientemente bajo de concentración ambiental de fibras de amianto que garantice una exposición segura al mismo» y, a la vez, señala que «la probabilidad de que se produzca el daño aumenta con la dosis inhalada, es decir, cuanto más alta sea la concentración ambiental y mayor sea la exposición».

Otro dato que es común en casi todas las empresas que han utilizado amianto de determinadas formas es que no se ha garantizado a los trabajadores exámenes exhaustivos de su salud. Se realizan controles médicos, pero no de forma expresa para detectar el cáncer por amianto, a la vez que el período de latencia de la enfermedad es muy elevada, ya que pasa de los veinte años en la mayoría de los casos.

El ex trabajador de Lasarte Lekuona llevaba meses en estado grave, en una fase avanzada de cáncer y falleció hace quince días, sin conocer el diagnóstico final del informe. Trabajó 27 años en la planta de Michelin de Lasarte y hasta sus últimos días trató de demostrar que ese cáncer lo había desarrollado por su trabajo. Llama la atención que dos de los últimas muertes por cáncer derivado del contacto con el mineral de amianto se hayan producido en plantas distintas de Michelin en tan sólo cuatro meses.

Esta situación debería mover no sólo a los diferentes representantes sindicales, sino a los propios trabajadores para exigir que se realicen controles sobre su salud, porque la existencia de amianto en Michelin está avalada por los informes de Osalan.

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