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SEGUNDA Las diferencias se recortan en al menos cuatro puntos con todos los rivales y el ascenso queda a cinco

La Real amplía su racha en cuatro minutos de acierto

Un gol muy meritorio de Aranburu desatascó un partido que los blanquiazules no acertaban a manejar y enseguida Sergio sentenció. El Girona se centró en tareas defensivas y sólo buscó el ataque tras el 2-0.

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REAL SOCIEDAD 2

GIRONA 0

Joseba ITURRIA | DONOSTIA

La Real sumó su tercera victoria seguida y queda a cinco puntos del ascenso tras recortar al menos cuatro con todos los rivales directos en las últimas tres jornadas. Ninguno de ellos ha sumado dos triunfos en esta racha que debe tener continuidad porque para recortar dos partidos cuando sólo quedan trece apenas hay margen para el error.

La continuidad de la racha victoriosa fue lo mejor de un partido malo que la Real no fue capaz de desatascar hasta que Aranburu estrenó el marcador por segundo partido consecutivo en Anoeta. El Girona demostró que es un equipo bien trabajado en tareas defensivas y sólo con el 2-0 se lanzó al ataque, sobre todo por su banda derecha, en una nueva demostración de que el sistema asimétrico de tres centrales con Marcos como único apoyo de Mikel González tiene una vía de escape clara.

Pero cuando un equipo gana necesita menos para ganar el partido siguiente. En Xerez Abreu materializó tres de las primeras cuatro ocasiones realistas y ayer apenas se pudieron contabilizar dos corners con peligro antes de que Aranburu y Sergio sentenciaran el partido en cuatro minutos.

Por eso, y porque el próximo rival es un Castellón que sólo ha sumado un punto en estos tres partidos, la del sábado en Castalia es la oportunidad clara de terminar de engancharse a una pelea que hace quince días parecía perdida y ahora es posible porque la fortaleza anímica que todo el año ha demostrado el equipo ya se ve recompensada con esa eficacia de cara al gol que se echaba de menos antes.

Y para ello será importante que Lillo, el gran artífice de la fortaleza anímica de su equipo, aprenda de las victorias y siga fiel a su lema de callar y ganar que ayer olvidó cuando tildó de espabilados a los que entendemos, con muchísimo menos conocimiento del fútbol que él, que la continuidad de los jugadores es importante y que no es casualidad ganar los tres partidos en los que ha repetido once.

Necesidad de mejorar

Y eso no quiere decir que un entrenador se tenga que cruzar de brazos y limitarse a apretar la misma tecla de la jornada anterior, porque para ganar en Castellón será aconsejable mejorar el partido de ayer y solucionar un problema que ha quedado en evidencia en las últimas cuatro jornadas del 3-4-3 asimétrico con un jugador más en banda derecha que en la izquierda.

En el fútbol actual los entrenadores ven los últimos partidos de su rival y Paco Herrera puede atisbar luz en el túnel en el que se ha metido un equipo que llevaba siete puntos a la Real hace quince días y ahora está uno por detrás. El sistema hace aguas por la izquierda y no porque juegue Mikel González. Castillo sufrió en Gasteiz igual con De Marco. Y el Castellón tiene al que probablemente sea el mejor jugador de banda derecha de Segunda por detrás de Xabi Prieto, Arana. Si devuelve a Mario Rosas al once y el rival tiene más posesión, el 3-4-3 ofrece dudas.

Porque ayer tampoco salió reforzada esa forma de jugar. Era evidente que el serio planteamiento táctico del Girona exigía paciencia para superarlo, pero una cosa es paciencia y otra lentitud. La Real volvió a jugar a un ritmo muy lento y así es difícil buscar los espacios en un equipo que los tapa bien. En todo el primer tiempo sólo se pudieron contabilizar tres saques de esquina, dos rematados por Ansotegi y Xabi Prieto. Además Marcos tuvo una opción al borde del área que desaprovechó al buscar el disparo directo cuando tenía tiempo para controlar antes.

La Real, al margen de esas acciones, no inquietó nunca a Rafa Ponzo y el Girona, por contra, dispuso de la ocasión más clara del primer tiempo en un remate de Felipe despejado por Bravo en una acción que nació en la única subida al ataque de Labaka por su banda. Llegó al área y no le pasaron y se quedaron dos defensas con tres atacantes catalanes. No se atrevió más.

Mikel González también superó la línea del centro del campo en el primer tiempo en una sola ocasión y perdió el balón. Los dos no están habituados a jugar de esa manera y eso les lleva a pasar el balón a Bravo sistemáticamente y obliga a iniciar el ataque desde la portería. Por eso lo mejor de la primera hora de partido fueron dos aficionados que salieron a tirar penaltis en el descanso. Unos fenómenos.

Porque el inicio del segundo tiempo fue preocupante, hasta parecía que el Girona quería atacar y lanzó tres corners consecutivos. Pero Xabi Prieto empezó a desequilibrar en su banda y dio inicio a los cuatro minutos de acierto de Aranburu y Sergio que sentenciaron el partido.

A partir de ahí el Girona se pasó al plan B y empezó a atacar y lo hizo, sobre todo, por su banda derecha con la entrada de Xumetra. También la Real jugó mejor con los espacios que no había tenido hasta entonces y tuvo ocasiones para ampliar el marcador en un final en el que el protagonista fue Necati. Se juntó el cariño que se ha ganado el turco con las ganas de reír de la grada por una vez que tiene una tarde sin angustia y se le jaleó y animó para ver si lograba el gol para acabar con su virginidad como realista. Y no hay manera.

Lillo: «No nos ha faltado la convicción de que debíamos seguir teniendo paciencia»

Juanma Lillo señaló en su análisis del encuentro que «me ha sorprendido que para el minuto 12 habíamos tenido dos ocasiones que no metimos. No esperaba un comienzo tan ágil porque el Girona se repliega mucho, sabe a lo que juega y casi todo lo hace hacia atrás. Pero nosotros solos les hemos metido en el partido porque pasábamos apurillos al llegar tarde por fuera en nuestro lado izquierdo y a veces robábamos y el primer pase hacia atrás era una cesión. Pero lo que no nos ha faltado es la convicción de que había que seguir teniendo paciencia. Los goles suelen romper los partidos y desde ahí el equipo ha encontrado su poso y pudo llegar alguno más, pero también hemos tenido situaciones en que nos han apurado».

Atribuyó al preparador de porteros Xabier Manzisidor el mérito del gol de Sergio y destacaba la fortaleza anímica del equipo «con todas las vicisitudes que han pasado y los contratiempos. Y siempre están, a su manera. Tras tres derrotas no les vi caídos en el trabajo diario y ahora no les veo eufóricos. No son de picos. Eso te puede exasperar algunas veces y otras te tranquiliza». Le recordaron que los tres triunfos han coincidido con los partidos en los que ha repetido once y dijo que «el sábado es imposible. Los jugadores ya saben con qué tiene que ver... El cambio en mí es repetir, por lo que seguimos cambiando porque algún espabilado dirá que esto tiene que ver con el cambio...».

Por su parte, el técnico del Girona, Raúl Agné, dijo que «la diferencia en el fútbol es tomar las decisiones correctas. Hacer tan poco para llevarte el partido en cuatro minutos, esto es eficacia y nada más que decir. Hemos tenido una hora buena y a la Real bloqueada. En la primera parte la ocasión más clara fue nuestra. En la segunda su banda derecha nos ha hecho bastante daño y así ha venido el primer gol y tres minutos después el 2-0».

ITURRIA

Descanso y entrenamiento en Mutriku mañana

La Real descansa hoy y mañana se entrena a las once en Mutriku dentro de la iniciativa Gipuzkoa con el Centenario. Los blanquiazules comenzarán a preparar el partido del sábado a las 19.30 en Castellón (ETB), en el que no podrán jugar Abreu y Bravo por ir con sus selecciones.

Gari vio la quinta tarjeta y no podrá jugar el sábado

El de Ibarra causará baja ante la Real salvo que Competición o Apelación anulen la quinta tarjeta que vio el sábado. Además Mantecón acabó lesionado el partido contra el Levante y ayer no pudo entrenarse con sus compañeros, que hoy descansan y mañana vuelven al trabajo.

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