Partido igualado, guión previsto, pero con un final inesperado. Con 85-85 en el marcador Houston Rockets buscaba a su estrella con mayor rango en la cancha, Yao Ming. Pese a que los números del chino fueron discretos en la madrugada del lunes, 13 puntos y 8 asistencias, Rick Adelman apostó por su hombre alto para buscar la suerte de la victoria.

Quizá el entrenador jefe de los Rockets confío en el instinto del gigante, en su visión de juego. Y acertó. Todo el AT&T Center miraba atento lo que parecía que iba a ser un tiro de Yao pero en el último suspiro -el chino reconoció que sólo vio a Luis Scola en el último instante-, y cuando estaba a punto de lanzar, sacó un maravilloso y armónico pase para el ala pivot argentino.

Scola cortó la zona como un cuchillo recién afilado atraviesa la mantequilla y anotó con comodidad. Al más puro estilo Marko Banic en el Iurbentia Bilbao Basket. 87-85 para los Rockets y la soga al cuello para los Spurs. Todo esto en San Antonio, en el corazón de ese Texas mítico de vaqueros y tiroteos. Muy del Oeste.

Si los Rockets estuvieron finos, cuando no magníficos, en la ejecución, San Antonio naufragó en sus errores cuando el reloj señalaba el final del partido. Tim Duncan aceptó su responsabilidad por haberse centrado en Yao y haber dejado libre de marca a Scola, Tony Parker falló un tiro a tres metros cuando quedaban tres segundos y Matt Bonner tampoco acertó cuando quedaban tres décimas de segundo.

La suerte estaba echada y los Rockets de Houston se aupaban al liderato de la División Suroeste y al segundo puesto de la Conferencia Oeste por medio partido de ventaja. Sus 47 victorias y 25 derrotas dejan a los Rockets bien colocados ante la recta final de la temporada regular.

A falta de diez partidos para que den comienzo los play offs, Houston ocupa una plaza que da derecho al factor cancha hasta la final de Conferencia, donde, si todo sigue así, serán los Lakers quienes gocen de la posibilidad de finiquitar la eliminatoria en su propio terreno.

Es sólo medio partido de ventaja, pero para los ánimos de la plantilla de Houston es una recompensa muy jugosa ante una dura temporada de múltiples bajas y cambios.

Complicado calendario

El calendario, sin embargo, no es muy esperanzador para los Rockets. Pese a que sólo les restan diez choques para finalizar la temporada regular, resultaría difícil imaginar un escenario más complicado. Seis de esos enfrentamientos serán ante equipos en zona de play offs. En casa recibirán a Portland, Orlando y Nueva Orleans, mientras que visitarán a Utah, Lakers y en la última jornada Dallas.

Para San Antonio tampoco pinta mejor ya que, entre otros, tendrá que cruzarse con Nueva Orleans por dos veces, Cleveland, Portland y Utah.

Visto cómo está transcurriendo el Oeste -el octavo clasificado está a tres partidos de di- ferencia del segundo-, da la impresión de que puede ocurrir de todo. Ante los difíciles calendarios de Houston y San Antonio, Denver o Utah pueden frotarse las manos. Las claves, como siempre, las darán y quitarán las victorias.