Hay un capítulo de «Los Simpsons» en el que por fin se conoce a la madre de Homer, una hippie que llevaba décadas en la clandestinidad. No se llamaba Sara Jane Olson, pero podría. Olson, ex militante del Ejército Simbiótico de Liberación de los EEUU, acaba de salir de prisión con 62 años. Sí, también en el imperio cuentan con presos políticos.

Aunque Mumia Abu-Jamal pueda ser el más famoso, el caso de Leonard Peltier no es menos escandaloso. Lleva 33 años en el corredor de la muerte con pruebas y juicios trucados. Es indio, un nativo del Movimiento Amerindio que luchó por restituir la dignidad que con armas y pactos traicioneros quisieron arrebatar a su nación. El mismo día de enero en el que el lakota fijó sus esperanzas en el presidente Obama, fue apaleado por sus carceleros. Pero, como subraya, «mi vida es mi Danza del Sol», una ceremonia por la que se reafirman en su «manera india» de vivir con la madre tierra. Me pregunto cuál será la nuestra, la de los nativos europeos.

No lo sé, pero cuando lo pienso me acuerdo de Mikel, Aitor, Joxe, Alberto, Iñigo y Ander. Han estado disfrutando del reciente puente aislados en una pocilga a puro lujo: sólo con un orinal. Una compensación del fascista que dirige la cárcel de Villepinte por no someterse y vender su dignidad. Y cuando Xabier Etxeberria cumple 22 días en huelga de hambre, se anuncia la imposición de la cadena perpetua a 19 vascos más bajo el amparo del Tribunal Supremo.

Pero la semana ha dado para mucho más. Los tamiles siguen combatiendo, el Movimiento por una Papúa Libre conversa con Indonesia y Hamás sigue dando ejemplo, mientras el ultraespañol Miguel Sanz se reúne con el jefe del Frente Polisario y aquél que prefirió ir a Himalaya en vez de aprobar la reforma de la Ley del Euskara en Nafarroa viaja a Kurdistán al encuentro con el DTP, el partido político de la guerrilla PKK.

Ahora sé que Ernesto Che Guevara repartía flores, que en Belfast disparaban copos de nieve y que Nelson Mandela creó una organización armada que regalaba besos y abrazos...

Y la abuela también fuma cigarrillos de la risa.

Lo que sé a ciencia cierta, como el convencimiento de que nunca podré ser español ni francés, es que por lo menos tenemos 751 Leonard Peltier a quienes decir maite zaituztegu!