Dos recientes trayectorias bien diferentes y una misma situación. Ese es el panorama que se les presenta a Athletic y Osasuna en la decena de encuentros que restan para que finalice la presente temporada. Los primeros no han sabido aprender de los errores cometidos al inicio del campeonato y se han vuelto a meter en problemas, mientras que los segundos llevan inmersos en ellos durante todo el torneo, aunque la dinámica de resultados -que no de juego- anima a pensar que pueden superarlos.

Para empezar, los rojiblancos son el peor equipo de la segunda vuelta. Han repetido errores pasados, ya que el comienzo de la primera también fue para olvidar, a lo que hay sumar el hecho de que los últimos esfuerzos se han centrado en lograr el objetivo de alcanzar la tan ansiada final copera.

A ello hay que unirle el pobre bagaje que han obtenido a la hora de medirse a los cuatro primeros de la competición. Es la única escuadra que no ha obtenido ni un solo punto en los ocho encuentros que ha disputado contra Barcelona, Real Madrid, Sevilla y Villarreal.

No acaban ahí los pobres números de los vizcainos. Los de Caparrós son el tercer conjunto más goleado de la Liga, sólo superados en este negativo apartado por Numancia y Sporting. De hecho, a estas alturas de temporada ya lleva encajadas cinco dianas más que la anterior. Son datos que explican la nefasta segunda vuelta del Athletic.

Osasuna no es que esté para muchas alegrías tampoco. Sigue en puestos de descenso y su imagen sobre el terreno de juego no es que sea de la de un equipo que practica el fútbol total, pero al menos los resultados acompañan. Desde que cayera injustamente en el Bernabéu, los rojillos firmaron una prolongada racha de media inglesa -victoria casera y empate foráneo-, que sólo se vio truncada con la visita del Sporting.

El mayor problema de los de Camacho es que siguen arrastrando la pesada rémora de la primera vuelta -sumaron 13 escasos puntos- y ello se nota en la tabla, al seguir antepenúltimos pese a haber hecho números de UEFA desde que se cruzara el ecuador de la competición.

Derbi a cara de perro

La situación clasificatoria de hace unas cuantas semanas no presagiaba un derbi de tantas urgencias, como parece se va a producir dentro de tres semanas entre ambas escuadras vascas. Por aquel entonces, el Athletic nadaba en la abundancia de un considerable botín de puntos gracias a su eficacia goleadora, personalizada en la figura de un intratable Fernando Llorente, que le permitía abrir un cómodo colchón respecto al grupo de cola «liderado» por un Osasuna que se encontraba hundido en el último puesto.

Las cosas han variado desde entonces y la ventaja se ha visto reducida a una exigua diferencia de dos puntos. Si los rojiblancos no salen airosos de su próximo y trascendental compromiso ante el Mallorca, el encuentro de El Sadar puede ser a cara de perro, con la posibilidad añadida de que una victoria rojilla dejaría atrás a los bilbainos.

Descanso bienvenido

De momento, a ambos les va a venir muy bien el parón liguero, de cara a reponer fuerzas, lamer heridas y recuperar efectivos que quedaron lesionados de la última batalla liguera. En esa tesitura se encuentra el lateral izquierdo rojillo Natxo Monreal, aquejado por un esguince en el ligamento lateral externo de su tobillo derecho, aunque podría recuperarse para el choque contra el Atlético de Madrid.

En lo que se refiere a sanciones, Puñal no podrá jugar en el Calderón, mientras que el Athletic recurrirá las tarjetas que vieron Susaeta -expulsado por dos amarillas- y Amorebieta.