Internacional Vascos
Valverde se eleva al Olimpo y gana el título en su experiencia griega
El Olympiakos se proclamó campeón de Liga después de su victoria a domicilio ante el Panionios por dos a tres y el empate a uno del Panathinaikos de Sarriegi ante el Asteras Tripolis. El gasteiztarra consiguió así el primer entorchado de su carrera como entrenador.
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
Ernesto Valverde y Jon Aspiazu han cumplido el objetivo con el que tomaron rumbo a Grecia, proclamarse campeones de Liga con Olympiakos. Una meta que se había convertido en obligación después del sonoro fracaso con el que comenzaron su andadura helena. El Anorthosis de Famagusta -un equipo obligado a jugar todos sus partidos en el exilio tras la invasión turca de Chipre en los setenta- les dejó fuera de la Champions en la ronda previa y convirtió la consecución del título doméstico en una obsesión. En breve, para subir nota, podría alcanzar el doblete ganando la Copa.
Los kokkinis, sobrenombre con el que es conocido el Olympiakos por el color rojo de su camiseta, han hecho bien los deberes y se han convertido en el primer campeón de las Ligas europeas. Cuando restaban tres jornadas para el final, el triunfo matemático llegó tras ganar por dos a tres al Panionios a domicilio. Resultado que unido al empate a uno del Panathinaikos ante el Asteras Tripolis, acabó garantizando el título a los pupilos del míster vasco.
Los futbolistas locales forman la base principal del Olympiakos. Los defensas Antzas, Torosidis, Papadopoulos y Patsatzoglou forman un sólido eje que protege el arco de Nikopolidis. Un portero cuyo «carisma y profesionalidad» destacó el gasteiztarra en una reciente entrevista en «Don Balón». De medio campo en adelante, el protagonismo recae en los jugadores foráneos. Djordjevic es ya todo un clásico del conjunto heleno, Leto es un argentino cedido por el Liverpool, Belluschi un ex de River que aporta tranquilidad a la medular, Óscar y Diogo buscan recuperar su mejor nivel tras bajar a Segunda con el Zaragoza, mientras que Galletti supone la gran baza en las bandas.
Arriba, los problemas de corazón de Kovacevic supusieron un enorme contratiempo para el equipo. El serbio estaba aportando goles, trabajo e implicación y su papel era muy agradecido por técnicos, aficionados y prensa. Sigue trabajando en las instalaciones del club, pero su vuelta a los terrenos de juego está absolutamente descartada.
Con estos mimbres, Valverde ha conseguido llevar a Olympiakos a su quinto título liguero consecutivo. Se trata de su primer cetro como técnico, ya que como futbolista ganó la Recopa de 1989 y la Copa de 1990.
Su carrera en los banquillos arrancó en Lezama. Su primer gran éxito fue la Nike Cup, campeonato del mundo oficioso en Cadetes, que logró en 1998. La generación de 1983 fue la camada que consiguió aquel trofeo. En verano de 2000, Valverde fue nombrado ayudante de Rojo en el primer equipo. Doce meses después, pasó a ser adjunto de Zubizarreta en la dirección deportiva y en 2002 tomó las riendas del filial. Los Iraola, Aduriz, Alaña, Jonan, Bordas, Azkorra o Goiria lograron el billete para el play-off de ascenso, pero carecieron de fortuna en la liguilla.
La marcha de Heynckes y la decisión final de Zubizarreta de descartar a Elie Baup como futuro entrenador del Athletic abrieron las puertas del banquillo de San Mamés a Valverde.
El gasteiztarra supo dotar de una impronta propia a los leones. Un juego vistoso, plagado de transiciones rápidas, pero con lagunas defensivas. En su primer año en un banquillo de Primera, Valverde metió al Athletic en UEFA. El segundo, los leones se quedaron a las puertas de todo. En el ideario colectivo quedó la mágica noche del uno a siete en Lieja y en Copa el equipo llegó a semifinales, pero cayó ante el Betis en los penaltis. Semanas antes, el arabarra había anunciado que abandonaría la entidad de Ibaigane.
Dos finales perdidas como perico
Tras un año sabático fichó por el Espanyol. En Montjuic, su inicio fue titubeante, ya que la sintonía con el trío que forman Tamudo, De la Peña y Luis García no fue el mejor. Un lastre que también han acusado otros técnicos. Sin embargo, su equipo se repuso y encontró la senda del éxito en UEFA. 19 años después de la final continental que Valverde vivió como jugador del Espanyol, el arabarra tuvo otra oportunidad como técnico.
Para su desgracia, la historia se repitió y volvió a quedarse con la miel en los labios, ya que los penaltis proclamaron campeón al Sevilla. En su segunda campaña, las cosas empezaron de manera sensacional, pero una lamentable segunda vuelta precipitó su marcha del conjunto de la capital catalana.
Ahora, tras su exitoso periplo griego, se desconoce si Valverde seguirá en Olympiakos o, por el contrario, volverá a la Liga española. Algunos rumores le acercan ya a los banquillos del Sevilla o el Atlético de Madrid.
Fuera de los banquillos, Valverde es un auténtico apasionado de la fotografía. De hecho, ha llegado a tomar las imágenes para el libreto de un disco de Ruper Ordorika. Además, es hermano del ilustrador Mikel Valverde.
Con el campeón ya decidido, la emoción del torneo heleno se centra ahora en conocer el nombre del equipo que acompañará a Olympiakos en la próxima edición de la Champions League. Panathinaikos y PAOK de Salónica están empatados a 54 puntos en la segunda posición, mientras que el histórico AEK es cuarto con un punto menos en su casillero.
En la Liga griega, sin embargo, el conjunto que acaba segundo el campeonato no obtiene de forma automática el pasaporte para la ronda previa de la máxima competición continental, sino que tiene que afrontar un play-off previo en el que cuentan los resultados de los enfrentamientos directos durante el torneo de la regularidad.
El Panathinaikos de Josu Sarriegi ha completado una campaña más que digna en Europa y, ahora, se apresta a sufrir por volver a competir con las mejores escuadras del continente. La calidad de Karagounis y Mantzios, un nueve que juega muy bien de espaldas, son sus principales armas.
Por su parte, el PAOK cuenta con una plantilla variopinta en la que destaca la presencia de tres ex jugadores de Osasuna: Pablo García, Pablo Contreras e Ibrahima Bakayoko. El uruguayo recaló en el fútbol griego tras fracasar en el Madrid y bajar a Segunda con Celta y Murcia. El chileno, que vistió de rojillo en la época de Lotina, es un fijo en la zaga, mientras que Bakayoko ha anotado tres tantos en 17 partidos. Otro ilustre del grupo es Sergio Conceiçao, otrora estrella lusa del Lazio de principios de la década.