Belén Martínez analista social
Condones
Para Benedicto XVI, el sida «no se puede resolver con eslóganes ni con la distribución de preservativos». Afirma que éstos «aumentan el problema». A las tesis negacionistas del obispo Williamson, se suman las del santo padre, que refuta las recomendaciones de organismos que realizan estudios epidemiológicos, clínicos y sociológicos en el campo del diagnóstico, la prevención y el tratamiento del sida.
Los condones masculinos y femeninos constituyen el remedio más eficaz para la prevención, protección y reducción de riesgos relacionados con la transmisión de ciertas infecciones y enfermedades, incluida el sida. Es indecente pontificar sobre ese tema en África, el continente más afectado, y en el que la feminización de la epidemia es particularmente flagrante. Si las mujeres constituyen el 50% del total de personas infectadas por el VIH en el mundo, en el África subsahariana son el 61%.
Es cierto que las campañas no están dando sus frutos. Hasta una aparente estabilización puede ser el resultado de tendencias inversas, dadas las disparidades regionales. Aún persisten los prejuicios y estereotipos que relacionan el sida con grupos sociales determinados: prostitutas, gays, consumidores de drogas. Se habla de comportamientos de riesgo, y no de los contextos en que se ejerce la sexualidad.
Para desnaturalizar la feminización del sida, es preciso un cambio de paradigma: una perspectiva de situación de riesgos que tenga en cuenta las desigualdades entre mujeres y hombres en las diferentes esferas, puesto que las relaciones sociales, económicas y políticas se reproducen en el ámbito de la sexualidad y sus representaciones.