El lehendakari en funciones afirmó, en relación a las negociaciones para la conformación de la Mesa del Parlamento que desarrollan PSE y PP y que «conocemos por los medios», que «podemos llegar a un récord histórico para la democracia vasca y es que por primera vez en este Parlamento, el grupo que tiene más escaños no tenga su presidencia. Y para complementar el récord puede darse la circunstancia de que sea la primera vez en este país en que la persona más votada por la sociedad para ser lehendakari no lo sea». Luego, dio la solución: «Nosotros pensamos que, como ha sido norma en las últimas legislaturas, debe aplicarse una escala que es muy sencilla, que los cinco primeros partidos con más votos y más escaños tienen que ostentar por este orden los cinco puestos en la Mesa».

Ahí erró o actuó de mala fe. Por ejemplo, en las dos últimas legislaturas la izquierda abertzale fue deliberadamente apartada de la Mesa por, entre otros, el PNV, pese a tener más votos y escaños que otros grupos a las que dio acceso a la dirección de la Cámara como EA y EB. Y esa anomalía democrática se perpetró con el voto del propio Juan José Ibarretxe.