El obispo de Bilbo, Ricardo Blázquez, y el prelado auxiliar, Mario Iceta, manifestaron ayer que el recurso al aborto «nunca es la solución, ni puede considerarse un derecho».

Según ambos prelados, el proyecto de reforma de la Ley del Aborto que plantea el Gobierno español constituye «un retroceso en humanidad y civilización». Además, aseguraron que la interrupción del embarazo forma parte de «la cultura de muerte que degrada a la sociedad que lo practica y tolera».

«Toda vida humana es un don inmerecido de Dios para la humanidad, que debe ser acogida con amor y respeto. Desde el momento de la concepción, en el seno de la madre se inicia la apasionante aventura de la vida humana; un nuevo ser creado a imagen y semejanza de Dios; un ser irrepetible, llamado a la comunión con Dios y con todos los hombres, con una dignidad inherente que debe ser reconocida y tutelada», afirmaron en el transcurso de su homilia.

También se refirieron a las «nuevas sombras que oprimen y humillan la dignidad de la persona», como «las situaciones de pobreza y exclusión, las nuevas formas de exclavitud, el terrorismo, la violencia doméstica o las guerras y las hambrunas».

«Todas ellas evidencian la existencia de una cultura de la muerte que ensombrece el horizonte de la dignidad humana. En esta cultura de la muerte -añadieron-, hemos de señalar el aborto como uno de los aspectos que hiere de modo singular la dignidad de la persona y degrada a la sociedad que lo practica o que lo tolera».