El Gobierno de coalición de la República Checa, que hasta el 30 de junio preside la Unión Europea (UE), cayó ayer por un único voto de diferencia, en la quinta moción de censura presentada por la oposición socialdemócrata y secundada por los comunistas. La derrota del Ejecutivo tricolor en el Parlamento checo se produjo gracias a los votos de varios diputados de la propia coalición gubernamental.

De los 197 diputados presentes en la Cámara baja -de un total de 200-, la oposición logró 101 votos, el mínimo necesario que establece la Constitución, anunció la vicepresidenta de la Cámara, Miroslava Nemcova. Según la Carta Magna, el primer ministro y su equipo deben renunciar tras perder la votación, pero seguirán gobernando hasta el nombramiento de un nuevo Ejecutivo, un proceso que puede durar meses y que podría permitir al gabinete cumplir con su agenda europea.

A principios de abril, Praga acogerá una cumbre entre la Unión Europea y Estados Unidos en la que participarán jefes de Estado y de Gobierno de los 27 y el presidente estadounidense Barack Obama.

El primer ministro, Mirek Topolanek, aseguró que presentará su dimisión. «Me comportaré exactamente de acuerdo con la Constitución», prometió.

El actual Gobierno de coalición tomó posesión a principios de 2007, después de más de seis meses de incertidumbres postelectorales. Desde su formación, la coalición ha gobernado en minoría, lo que ha dificultado seriamente su labor debido a la necesidad de buscar apoyos parlamentarios. La oposición acusa al Ejecutivo de gestionar mal la crisis económica. El grupo socialdemócrata, que lidera los sondeos de opinión, aboga por más políticas fiscales y rechaza los planes gubernamentales para reformar los servicios sanitarios. Además, es partidario de la integración con la UE y se opone a los planes de Estados Unidos de instalar un radar en territorio checo como parte del escudo antimisiles.

En este contexto, los conservadores Vlastimil Tlusty y Jan Schwippel y las no alineadas Vera Jakubkova y Olga Zubova, que fueron invitadas a abandonar el Partido Verde (SZ), votaron a favor de la propuesta socialdemócrata, si bien sólo uno de ellos (Schwippel) lo había anunciado antes a la prensa.

Algunos comentaristas han interpretado la decisión de las diputadas verdes como un ajuste de cuentas con el ministro de Medio Ambiente y líder de esa formación, Martin Bursik.

El jefe del Estado checo, Vaclav Klaus, deberá ahora encargar la formación de un nuevo Gobierno.

El Partido Democrático Ciudadano (ODS), que encabeza Topolanek, espera que sea uno de sus miembros quien obtenga ese encargo del presidente. En caso contrario, el ODS es partidario de convocar elecciones anticipadas antes de otoño.

Anunció que no apoyará la formación de un gabinete de expertos independientes en lugar de políticos, como propuso el vicepresidente del Partido Socialdemócrata, Jiri Paroubek.