El Gobierno de Barack Obama anunció ayer que enviará más agentes de seguridad a la frontera con México para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado, que en 2008 se cobraron la vida de más de 6.000 personas. En lo que va de año, ya han muerto 1.500 «El presidente está preocupado por el incremento del nivel de violencia y el impacto que está teniendo en las comunidades de ambos lados de la frontera», señaló la Casa Blanca.

Por ello, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, viajará hoy a México para entrevistarse con el presidente Felipe Calderón.

«Creo que el Gobierno mexicano no fracasará. Nuestro plan es ayudar en esta batalla porque de su éxito dependen nuestros intereses de seguridad», declaró la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.

Según la ex gobernadora del estado fronterizo de Arizona, el plan tiene el doble objetivo de ayudar a México a desmantelar los carteles de la droga y evitar «un incremento de la violencia en EEUU». En ciudades como Phoenix y Houston han aumentado los secuestros.

El plan, que da continuidad a las medidas adoptadas por el Gobierno de Bush, supone el envío de más agentes y una mayor capacidad para recabar datos de inteligencia y cooperación entre las autoridades de EEUU y México.

El «plan antinarcótico» involucra a agentes de los departamentos de Seguridad Nacional, de Justicia y Antidrogas (DEA) y a las oficinas Federal de Investigaciones (FBI) y para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), según la Casa Blanca. Algunos ya han sido desplegados y otros serán enviados los próximos días para completar su desplazamiento por el suroeste de Estados Unidos en un plazo de 90 días.

Napolitano dijo que quieren compartir datos de inteligencia con México pero, «debido a la corrupción, queremos asegurarnos de que no caen en manos de los carteles