Martxelo Díaz Periodista
La respuesta israelí es siempre la misma
El Estado de Israel acaba de trasladar de prisión y someter a aislamiento a Ahmad Sa'adat, el secretario general del FPLP, uno de los líderes políticos palestinos que han optado por la resistencia frente al ocupante. Sa'adat es uno del millar de presos cuya libertad reclama Hamas a cambio de la del soldado israelí Gilad Shalit, retenido en Gaza.
En los últimos días parecía que el acuerdo estaba a punto de rubricarse, con lo que Hamas se habría apuntado otro tanto al lograr la liberación de un número destacado de presos, entre los que además de Sa'adat se encontraba Marwan Barghouti, líder de los críticos de Al-Fatah. De este modo, una vez más, quien iba a quedar en evidencia era el presidente de la inoperante Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.
Como sucede en tantos otros sitios, los presos políticos palestinos se encuentran en el centro de una negociación. Tras el fracaso del diálogo, momentáneamente al menos, son los primeros en padecer las consecuencias. El caso de Sa'adat es especialmente significativo, ya que fue detenido tras padecer la traición de la colaboracionista Autoridad Palestina. Posteriormente, fue secuestrado por el Ejército israelí de la cárcel de Jericó gracias a la complicidad de Gran Bretaña y EEUU. Los tribunales israelíes únicamente han podido demostrar que Sa'adat ha dirigido el FPLP, una formación política que tiene como objetivo la liberación nacional y social de Palestina. Razón suficiente para pudrirse en la cárcel.
Los israelíes han dejado claro, una y otra vez, cuál es la respuesta que tienen preparada para quienes optan por la vía de la resistencia para hacer frente a su ocupación: represión y muerte. Lo han demostrado en la matanza de Gaza y manteniendo el criminal bloqueo, cargando contra quienes denunciaban la presencia de la ultraderecha en Umm al-Fahm o disparando contra niños en Cisjordania. La ONU ha denunciado esta semana que Israel mató a civiles en Gaza. Nada nuevo. Todos lo sabíamos. Lo malo es que seguirá haciéndolo. Da igual que gobierne Olmert o Netanyahu. Se saben impunes.