El estudiante de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y militante del Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC) Tomàs Sayes abandonó ayer su huelga de hambre en denuncia de la imposición del Plan Bolonia y para reclamar un proceso de diálogo, tras ser ingresado en el Hospital de Terrassa al cumplir 31 días de protesta. Una portavoz del SEPC señaló que Sayes está tan débil que podría sufrir daños irreversibles si continuaba con la huelga. Los médicos le aconsejaron abandonar la protesta tras constatar que había perdido el 15% de su masa corporal y que tenía la tensión muy baja, lo que podía afectar a sus órganos vitales.