Juanjo Expósito superó ayer satisfactoriamente la prueba que hizo en el entrenamiento con la máscara facial que le han confeccionado para proteger su maltrecha boca después del golpe que recibió ante el Zaragoza, por el que perdió un diente y tuvo que ser intervenido.

Con una imagen que recordaba a Hannibal Lecter de «El silencio de los corderos», el ariete cántabro entrenó por primera vez al mismo ritmo que sus compañeros y, pese a las inevitables incomodidades, aguantó toda la sesión sin contratiempos.

Concluida la práctica, Juanjo expresó su «total disposición para volver a jugar ante el Hércules para ayudar a los compañeros y aportar mi trabajo al equipo para salir de la zona de descenso». El delantero reconoció sentirse «incómodo» con la máscara, aunque confía que en las sesiones que aún restan pueda acostumbrarse a jugar con ella.

En cuanto al resto de los jugadores con molestias físicas, Garitano y Almirón se unieron al grupo ayer por la tarde, como estaba previsto, y habrá que ver si el argentino está en condiciones de jugar ante los alicantinos. El de Derio está descartado ya que debe cumplir un partido de sanción.