Amaia ZURUTUZA

Ya quedó atrás la noche del jueves, pero cabe recordar que en plena madrugada vecinos de Azkoien o Faltzes acogieron con los brazos abiertos la llegada de la Korrika a sus pueblos. En Fatzes más de medio centenar de vecinos esperaban a Korrika hacía las 03:00.

Ya amanecía cuando las furgonetas de la Korrika llegaban a Erriberri, ayer a las 07:30. En el pequeño pueblo de Lerga, en la Ribera navarra, caras sonrientes se unían a la marcha bajo un esplendido sol que iluminaba toda la belleza de la zona. En este tramo corrió Irune con el lekuko en la mano y los gemelos que espera para dentro de un par de meses en su vientre. En Eslaba trabajadores de diferentes empresas como Nisan, Linser o Kaiku-Iparlat estaban preparados para recorrer los kilómetros que habían comprado.

De camino al encantador pueblo de Oibar una bonita sorpresa aguardaba a la edición 16 de Korrika. Cerca de medio centenar de jubilados de la asociación Sasoiak de Iruñea emprendieron el recorrido de los dos kilómetros que habían reservado. Seguidamente esperaban en la calle los vecinos de Oibar. Muchos niños y también mayores, recorrieron el pueblo gritando «Oibarren ere euskararen alde!».

La llegada a Zangoza fue realmente emotiva. En el puente que da entrada al pueblo aguardaba una multitud que recorrió las calles del pueblo, mientras se unía más y más gente a la marcha, ante la mirada de centenares de vecinos.

A la salida del pueblo sorprendió el sonido de las sirenas de los camiones de los bomberos. ¿Había ocurrido un accidente? No, ellos también se sumaron a la carrera por el euskara encendiendo sus sirenas.

Irunberri siguió con la tónica del día, mucha gente y muy buen ambiente. Tocaba entonces acercarse a la zona del Pirineo y adentrarse en una larga cuesta, hasta el alto de Las Coronas, de donde se apreciaban a lo lejos los Pirineos, nevados y grandiosos. Y ellos y ellas, anónimos pero con nombre y cara, subieron la cuesta con firmeza. Los vecinos de Burgi esperaban a la bajada del alto, y más adelante Korrika se adentro en Erronkari, Izaba, Uztarroze...

Tere, Urbikain, Irantzu...

Y cabe subrayar que junto a los miembros de AEK y de Korrika, que no paran ni un momento y trabajan de un modo ejemplar, esta iniciativa no vería la luz sin ellos y ellas. Ayer fueron Amparo, Tere, Alfredo, Dani, Imanol, Jokin, Carlos, Mariaje, Urbikain, Artzai, Malena, Idurre, Ana, Mikel, Irantzu, Irati... y cientos y cientos de personas más, desde los dos años, que hubo alguno que portó el lekuko aunque fuera a hombros de su aita, hasta el aitona de 88 años que a la salida de Zangoza siguió la carrera pedaleando su bicicleta.

Y también muchos grupos y colectivos, como SOS Arrazakeria de Nafarroa, el grupo de mujeres de Gaztelu, la haur eskola Pottoka, el elkarte Kaskallueta, la ikastola de Erronkari, trabajadores del hospital o del aereopuerto de Nafarroa, miembros de la banda La Pamplonesa, decenas de comercios y bares... que han contribuido con la carrera popular por el euskara.

Ya lo decía la pancarta que trajeron desde Iruñea los jubilados de la asociación Sasoiak, «Euskara Lingua Navarrorun!». Sabe uno si es verdad eso de la casta de los navarros y las navarras, pero desde luego, lo que sí es cierto es que ni los ataques más indecentes, o el desprecio más cruel que puedan recibir por parte de las instituciones no hacen mella en la defensa, orgullosa y humana, del euskara y de nuestro pueblo.