CRÓNICA Salud laboral
Indemnizan a 38 danesas con cáncer de mama debido al trabajo nocturno
Estos días atrás se ha dado a conocer que el Gobierno de Dinamarca ha indemnizado a 38 trabajadoras debido a que contrajeron cáncer de mama por su horario laboral nocturno. El asunto tiene importancia y, de hecho, la Agencia Internacional para la investigación sobre el cáncer (IARC, en inglés) ese riesgo en el trabajo a turnos y, sobre todo, en el nocturno.
Juanjo BASTERRA
Cada una de las 38 mujeres ha percibido una indemnización de hasta 134.000 euros después de haberse visto afectadas por el cáncer de mama a causa del trabajo nocturno que desarrollaron en distintas empresas durante unos veinte años de vida laboral. La Junta estatal de Lesiones Industriales de Dinamarca examinó, en realidad, 75 casos en 2008 y aprobó la mitad. Esta decisión es muy importante porque se ha abierto un camino para reclamar que el trabajo a turnos y el nocturno, sobre todo, genera importantes alteraciones en el cuerpo humano.
Se conoce con exactitud médica y científica que el trabajo nocturno provoca un rendimiento laboral inferior en un 30% respecto a los turnos de día. También es seguro que aumenta la fatiga, las alteraciones cardiovasculares y digestivas, lo que hace al trabajador más vulnerable a sufrir un accidente o una enfermedad profesional.
La conexión entre el efecto del trabajo nocturno con el cáncer no es nuevo, aunque todavía la evidencia no esta conformada de forma definitiva. A partir de la decisión danesa se establece un principio que ha sido ya corroborado por . la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, en inglés). La misma reconoce un alto riesgo a contraer cáncer, sobre todo las mujeres, aunque los hombres no son inmunes al desarrollo de otros tipos de cáncer co. El trabajo a turnos y el nocturno altera los ritmos circadianos -el sistema biológico de los seres vivos y su alteración en la secuencia u orden tiene un efecto negativo a corto plazo- e inhibe la producción de melatonina, lo que puede favorecer el desarrollo del cáncer.
Alteraciones importantes
En un amplio trabajo, la organización internacional explica que «los estudios epidemiológicos han encontrado que las trabajadoras en turnos de noche tienen un riesgo más alto de desarrollar un cáncer de pecho que las mujeres que no trabajan en la noche». En el informe afirma que también se ha demostrado en los estudios que se reducen los niveles de melatonina en el trabajo nocturno «lo que provoca una incidencia mayor en el crecimiento de tumores».
Por lo que concluye que «estos resultados pueden explicarse por la interrupción del sistema circadiano que es causado por la exposición a la luz en la noche. Puede alterar patrones del sueño, lo que suprime directamente la producción de melatonina».
Esta organización advierte que en Europa y América del Norte alrededor de un 20% de la población activa trabaja en jornadas nocturnas, desde el cuidado médico, el sector industrial, el del transporte, de comunicaciones, etc. «Hasta este momento -según indica la IARC- la mayoría de los estudios en este tema se han centrado en cáncer de mama de enfermeras y asistentes de vuelo», pero reconoce que «son necesarios más estudios para examinar este riesgos potencial en otras profesiones».
En la clasificación de los diferentes agentes cancerígenos para los seres humanos, el IARC especifica «el trabajo en turnos que implique la interrupción circadiana» dentro del grupo de los «probablemente cancerígenos para los seres humanos», aunque la evidencia científica y médica está avanzando en este tema y ese organismo internacional publicará a finales de este año los estudios definitivos que apuntan claramente a esa situación.
Los datos estadísticos oficiales muestran que en Hego Euskal Herria existen 35.200 trabajadores en 2008 que realizaron turnos de trabajo nocturnos. Se calcula que un tercio aproximadamente fueron mujeres. Sin embargo, existen 159.400 trabajadores que realizan jornadas irregulares, que provocan esas alteraciones en el cuerpo humano y que generan riesgos para la salud de los trabajadores.
En muchas ocasiones, las prolongaciones de jornadas, sobre todo en los turnos de noche, tienen un efecto multiplicador del riesgo. No hay que perder de vista que en 2008 se realizaron en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa un total de 4,3 millones de horas extraordinarias oficiales. Se calcula que las reales son entre tres y cuatro veces más. En tiempos de crisis, de destrucción de empleo y de expedientes de regulación han aumentado en un 7,53% respecto a las que se produjeron el año pasado. Con ellas, también se incrementó el riesgo de sufrir un accidente o enfermedad profesional. No se debe olvidar.
Por último, hay que tener en cuenta que por cada quince años de trabajo nocturno «se produce un envejecimiento de unos cinco años» y, se calcula, que «un tercio de la gente que lo realiza padece más fatiga, neurosis, úlceras y alteraciones cardiacas».