GARA > Idatzia > Iritzia > De reojo

Raimundo Fitero

Veintitantos

Ver los momentos supuestamente cruciales de los tiempos contemporáneos a través de las informaciones televisadas es entrar en una camino sin retorno a la más clara vacuidad. O dicho de otro modo, lo que está sucediendo en Londres en la reunión de esa banda llamada G-20, es una inmoralidad. Mientras crece el paro a pasos agigantados, mientras el sistema capitalista muestra sus síntomas de agotamiento histórico, sus más malas consecuencias de su fagocitación y derrumbe, sus valedores convierten una reunión de supuestos dirigentes de los destinos del mundo en una feria de vanidades. No sé si dan más asco los que se disfrazan de salvadores, que los que se saben los depredadores y mantienen orgullosos su condición.

En las imágenes de los primeros encuentros, ruedas de prensa, movimientos, lo único que se ha podido demostrar es que se trata de un juego palaciego, que se emparentan los hijos de los esclavos con los esclavistas, que un reina madre concita tanto interés como la ginebra que bebe para acompañar al té de las cinco, y que el resto son unos comparsas que no tienen ni texto. Asiáticos, africanos, periferias del euro-americanismo, acuden a la cita para hacer bulto. La corbata del presidente ruso es gloriosamente capitalista, como de una educación en las más importantes sectas de economistas del imperio británico. Nos queda la sonrisa del nuevo Mesías, sus frases, su pasado y un futuro tan cargado de naderías que sentimos escalofríos.

En algunas cadenas nos dan imágenes de las protestas de los denominados antisistema. Es la estigmatización más reduccionista. ¿Quién puede estar a favor de un sistema que causa tanto dolor, tanta muerte, tanta hambre? Ser pro-sistema es ser cómplice de la actual situación, de este desafío descarado de los ladrones dictando discursos morales. Y de nuevo frente a una racionalidad que protesta, la violencia ejercida de manera desmedida. Los veintitantos reunidos en Londres son los culpables de casi todo. Y están a cobijo. Los que protestan son los nuestros y resultan apaleados. Como siempre. Pero ayuda a mantener el tono ver que existen muchos que se enfrentan a la barbarie. Es la esperanza, que diría Bakunin.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo