Cumbre en Londres
El G20 finaliza sin un plan concreto para estimular el crecimiento y el empleo al tiempo que triplica los recursos del FMI
Los líderes del G20 acordaron ayer aumentar a un billón de dólares su aportación a los organismos multilaterales y a la financiación del comercio, con el fin de superar la peor crisis económica desde la II Guerra Mundial, aunque parte de ese gasto ya estaba previsto. La declaración final de la cumbre anuncia medidas contra «las jurisdicciones que no cooperen, incluidos los paraísos fiscales», y recoge el acuerdo de reforzar la regulación del sistema financiero.
GARA | LONDRES
Un «compromiso histórico para una crisis histórica» o «la reforma más profunda del sistema financiero desde 1945» fueron algunas de las expresiones utilizadas por los líderes del G20 para definir el resultado de la cumbre celebrada en Londres.
Al término del encuentro, el anfitrión y primer ministro británico, Gordon Brown, subrayó que la jornada de ayer se convierte en «el día en el que el mundo se unió para combatir la recesión global. No con palabras, sino con un plan para la recuperación global y para la reforma, y con un calendario claro». Un plan que sitúa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al comercio como gestor y motor de la recuperación, aunque no se detallara ningún plan para impulsar el empleo y el crecimiento. No hubo en la cita de Londres paquetes de estímulos fiscales adicionales, cuestión que se convirtió en el caballo de batalla previo que enfrentó a dos polos importantes liderados por Estados Unidos y Gran Bretaña, por un lado, y Estado francés y Alemania, por otro.
Pero sí habrá un esfuerzo económico adicional para reformar el sistema financiero, mediante la aportación de un fondo de un billón de dólares (743.000 millones de euros al cambio actual) destinados a los organismos multilaterales, a los que se ha encargado engrasar el camino de la recuperación.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) triplicará sus recursos y recibirá 500.000 millones de dólares adicionales a los 250.000 millones ya comprometidos para este organismo, y habrá otros fondos para el Banco Mundial (BM) y el Foro de Estabilidad Financiera.
Impulso al comercio mundial
El Foro se rebautiza como «Financial Stability Board» -Consejo de Estabilidad Financiera- y colaborará con el Fondo para garantizar «la cooperación transfronteriza» y establecer «un mecanismo de alerta temprana» de eventuales episodios de inestabilidad financiera.
El G20 acordó también destinar 250.000 millones de dólares para tratar de relanzar el comercio mundial -podría suponer el relanzamiento de la bloqueada Ronda de Doha-, y las exportaciones, en lugar de los 100.000 millones que se habían planteado en un principio. Aunque no hubo nuevos paquetes fiscales, Brown subrayó que se ha realizado hasta el momento un «esfuerzo fiscal sin precedentes» por parte de las economías reunidas en el G20, que generarán en la economía mundial cinco billones de dólares hasta finales de 2010, elevarán la producción un 4% y facilitarán la transición hacia una economía ecológica.
Se acordó asimismo un reforzamiento de los sistemas de regulación y supervisión del sistema financiero global, incluidos los hedge funds -fondos de gestión alternativa-, un mejor control de las agencias de calificación de riesgos y el establecimiento de un sistema interna- cional contable más claro.
«El secreto bancario es una cosa del pasado», subrayó Brown, quien añadió que es necesario «limpiar los bancos» para restablecer las líneas crediticias a empresas y ciudadanos, y anunció que habrá nuevas reglas sobre los bonos de los directivos bancarios.
Aseguró que abordarán con un enfoque común los «activos tóxicos» en manos de las entidades financieras y un paquete de ayuda de 50.000 millones de dólares destinados a las economías más pobres.
Brown opinó que «el consenso de Washington está superado», que la cumbre de Londres enterró buena parte de los principios de desregulación de mercados, privatizaciones y austeridad fiscal que impusieron en los años 90 los organismos financieros con sede en Washington.
«Las decisiones de hoy -por ayer- no resolverán inmediatamente la crisis, pero hemos puesto en marcha el proceso para su solución», añadió.
El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó de hito la cumbre en la lucha contra la crisis económica y «por el alcance de los desafíos y la magnitud de nuestra respuesta».
En una rueda de prensa que se inició con más de una hora de retraso, Obama manifestó que «el mundo ha respondido con un nivel sin precedentes de medidas exhaustivas y coordinadas». Afirmó, por ello, que «hemos adoptado medidas osadas para apoyar a los países en desarrollo», aludiendo al reforzamiento del Fondo Monetario «para aumentar el poder adquisitivo y expandir los mercados en cada país».
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que las medidas son «la reforma más profunda del sistema financiero desde 1945» y que en Londres se ha llegado «más allá de lo que jamás podríamos haber imaginado».
El copríncipe de Andorra se declaró «realmente feliz» con los resultados de la cumbre, destacando que «por primera vez países tan dispares como China, Arabia Saudí, India y Francia, entre otros, se han puesto de acuerdo sobre normas tan específicas».
Merkel: «Hemos cumplido»
La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que el resultado constituye «una victoria para la cooperación global». Subrayó que el esfuerzo fiscal acometido por el G20, que totalizará en 2010 unos 5 billones de dólares, supone «una enorme suma que tendrá su impacto».
«Acordamos que en los próximos años tenemos que hacer todo lo necesario para fomentar el crecimiento (económico) y la creación de empleo, mirando siempre a la sostenibilidad fiscal y financiera a largo plazo». En conjunto, «hemos cumplido con nuestra parte para lograr restaurar el crecimiento. Eso es muy importante para los países en desarrollo y emergentes».
El presidente ruso, Dimitri Medveded, consideró que las decisiones adoptadas constituyen de «un paso adelante. Es un paso en la buena dirección», reiteró, antes de admitir que «no podíamos solucionar todos los problemas, pero no era el objetivo del día».
mil son los millones de dólares que recibirá el Fondo Monetario Internacional, que verá triplicados sus recursos disponibles. Recibe un espaldarazo sin precedentes desde que se acordara su constitución en Bretton Woods.
Los participantes en la cumbre de Londres acordaron celebrar un nuevo encuentro en setiembre en Nueva York, coincidiendo con la Asamblea General que celebrará la ONU. El anuncio corrió a cargo del presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Argentina y Brasil lograron que se excluyera del acuerdo una alusión «al mercado laboral flexible». La presidenta argentina, Cristina Fernández, sustentó la petición en que «esto ha tenido una mala experiencia en América Latina».
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, pidió en Londres que los países pobres reciban «su parte» de la partida económica acordada. Subrayó que «será crítico que la parte que corresponde a los países pobres les sea entregada».
El Banco Central Europeo (BCE) rebajó ayer los tipos básicos de interés en la zona del euro en un cuarto de punto, hasta el 1,25%, un nivel históricamente bajo para hacer frente a la crisis económica, y dejó entrever nuevos recortes.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno en la sede de la entidad en Fráncfort, Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, hizo hincapié en que la tasa rectora se encuentra en un nivel históricamente bajo «desde la creación del euro y desde la II Guerra Mundial en lo que corresponde a las instituciones madre y padre del BCE» y anunció que ese 1,25% «no es el nivel más bajo» en el que se van a situar los tipos de interés en los próximos meses y que habrá mayores recortes.
El banquero francés avanzó que en la reunión debatieron el diseño de nuevas medidas «no convencionales», actuaciones que serán presentadas en la próxima reunión de política monetaria, que se celebrará el 7 de mayo en Fráncfort.
Los mercados financieros habían previsto un recorte de la tasa rectora en medio punto porcentual, pero Trichet evitó explicar si la medida pudo decepcionar a algunos participantes en los mercados, que esperaban un recorte de medio punto, hasta el 1%.
La decisión del instituto monetario impulsó al alza al euro, que en pocos minutos ganó más de medio centavo de dólar, hasta superar los 1,34 dólares.
Aunque el máximo responsable de política monetaria de la zona euro no quiso precisar los detalles de las nuevas medidas que presentasrá en mayo para hacer frente a la crisis financiera, subrayó que la institución se encuentra ya inmersa en «importantes medidas no convencionales» y criticó las lecturas cortoplacistas en este ámbito, por lo que afirmó que los miembros del Consejo de Gobierno del BCE pretenden asegurarse de la optimización del empleo de estas medidas.
«Esta institución es un ancla de estabilidad y confianza y eso es lo más importante actualmente. Fuimos los primeros en diagnosticar esta situación y también fuimos criticados», defendió Jean-Claude Trichet. La víspera del encuentro, el miembro del Consejo de Gobierno Nout Wellink ya hizo alusión a actuaciones «no convencionales» y, entre ellas, citó acciones como acaparar pagarés financieros y bonos respaldados por activos, con el objetivo de mejorar la liquidez si los tipos de interés llegan a cero.
«No se puede descartar, si existe un motivo para hacerlo, que el Banco Central Europeo tome pasos en esa dirección. Sus estatutos de asociación no están reñidos con esto», afirmó en la presentación del informe anual del banco central holandés.
Por otra parte, Trichet hizo hincapié en que el tipo de interés de la tasa de depósito, que queda en el 0,25%, se encuentra en un nivel «extremadamente bajo» por lo que no cree que vaya a ser rebajado, lo que implica que el Banco Central Europeo «no excluye en el futuro reducir la amplitud del corredor» entre la tasa de depósito y la facilidad marginal de préstamo, actualmente situada en dos puntos porcentuales.
Las bolsas mundiales acogieron con optimismo el acuerdo del G20. Los parqués europeos cerraron con ganancias superiores al 4% y los mercados de Nueva York, México y Sao Paulo también reaccionaron con avances generalizados a media sesión.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que el acuerdo supone «reformar en profundidad» la organización financiera internacional, algo que «no se había hecho jamás hasta este punto desde los acuerdos de Bretton Woods en 1945».
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó de hito el encuentro por «el alcance de los desafíos y la magnitud de nuestra respuesta». Subrayó, además, que «hemos rechazado el proteccionismo que podría agravar esta crisis».
El presidente ruso, Dimitri Medveded, consideró que las decisiones adoptadas son «un paso adelante. Es un paso en la buena dirección», reiteró, antes de admitir que «no podíamos solucionar todos los problemas, pero no era el objetivo del día».
Las protestas contra el actual sistema económico, el incumplimiento de los compromisos medioambientales por parte de algunos países y la violación de derechos humanos volvieron a llegar ayer a las puertas del complejo ExCel, recinto ferial situado al este de Londres donde se celebró la reunión de los líderes del G20. Las movilizaciones se desarrollaron en un ambiente de menor intensidad que la víspera, cuando se produjeron enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, que detuvo a más de un centenar de personas. Las críticas de los manifestantes se centraron especialmente en la persona de Meles Zenawi, primer ministro etíope, que asistió a la cumbre en representación de los países africanos y a quien los manifestantes acusaron de ser responsable del genocidio que está teniendo lugar actualmente en esta nación africana.
Mientras tanto, en la City, el pulmón financiero londinense, varias decenas de personas se congregaron para rendir homenaje al hombre que resultó muerto a consecuencia de un paro cardíaco, según difundió la Policía. El trágico suceso tuvo lugar a media tarde del miércoles, a las puertas del Banco de Inglaterra, en pleno epicentro de los enfrentamientos, cuando un hombre cayó al suelo por motivos todavía desconocidos y murió.
El diario «The Times» afirmó en su edición de ayer que el fallecido es un quiosquero de 47 años llamado Ian Tomlinson, que se dirigía del trabajo a casa cuando se desplomó en el suelo y dejó de respirar.
Ayer, en su memoria, se colocaron ramos de flores en la Catedral de Sant Paul´s y en una de las entradas a la estación de metro de Bank.
La protesta más llamativa de ayer fue la que protagonizó «el Spiderman francés», Alain Robert, quien se encaramó a lo alto del edificio de la aseguradora LLoyd´s of London disfrazado del popular personaje de cómic para protestar contra el cambio climático.
A lo largo de la jornada, la Policía metropolitana realizó redadas en diferentes puntos de la capital británica, en busca de personas a las que habían grabado con cámaras de fotografía y vídeo la víspera, después de identificar a algunos de los que participaron en las algaradas, gracias a las imágenes grabadas por varios agentes, que acudieron a la protesta con cámaras de foto y de vídeo.
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