Diez jóvenes bilbainos fueron juzgados ayer por denunciar el pasado 19 de febrero las ilegalizaciones de D3M y Askatasuna en un mitin electoral celebrado por Juan José Ibarretxe en el Casco Viejo de Bilbo. Los jóvenes explicaron en su declaración que protestaron por la falta de democracia en Euskal Herria.

Asimismo, negaron haber detenido el acto electoral ya que fueron identificados bruscamente por los guardaespaldas de los cargos jeltzales y la Ertzaintza que les obligó a abandonar el lugar. Tres agentes policiales que participaron en las identificaciones también declararon en el juicio.

Responsabilidad del PNV

En un principio iban a enjuiciar a doce jóvenes, pero al ser dos de ellos menores de edad, al final el número se redujo a diez. Además, uno de ellos quedó absuelto al no ser acusado por la Fiscalía.

A los nueve restantes se les imputó una falta de desórdenes públicos y se reclamó para cada uno una multa de 120 euros, además de la obligación de estar localizados permanentemente durante seis días.

La izquierda abertzale de Bilbo se concentró ante los juzgados para mostrar su solidaridad a los jóvenes imputados. Asimismo, censuró en un comunicado el papel que juega el PNV y el lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, en el «estado de excepción» impuesto por el PSOE. Según criticaron, aunque trata de ocultar su «responsabilidad» re- sulta significativa la actuación de la formación jeltzale en este caso concreto.

En su opinión, este tipo de procesamientos, que calificaron de «políticos», deja en evidencia «la ausencia total de libertades y derechos civiles».

También denunciaron que no sólo se convocan elecciones «trampeadas» en las que impiden participar a un sector considerable de la sociedad, sino que, además, tratan de «castigar a la gente por pedir elecciones democráticas como sucede en el resto de Europa».

Para la izquierda abertzale, juicios como el celebrado ayer demuestran el «nulo perfil democrático del entramado institucional existente».