El último Boletín Económico del Banco de España (BDE) confirma «la progresiva desaceleración en la actividad productiva», pero indica que el beneficio neto en relación al valor de la producción económica creció en un 29,3% en 2008, como señala el apartado del informa de la Central de Balances.

El BDE concluye, después de analizar la caída en la actividad ordinaria y el incremento de los costes financieros de las empresas, que «los resultados netos de las empresas no financieras se mantuvieron altos, si bien con una evolución decreciente; así, los resultados netos expresados en porcentaje sobre el VAB, pasaron de un 37,9% en 2007 al 29,3% en 2008».

El año pasado, los gastos de personal aumentaron en un 3,9%, según esa información, «ocho décimas menos que un año antes, como consecuencia de la mayor moderación con la que crecieron las remuneraciones medias en el acumulado del año en un contexto de progresivo deterioro de los datos de empleo». El informe recoge, por otro lado, que los gastos financieros de las empresas «crecieron con intensidad» en 2008 hasta un 18,9%. Lo atribuye al incremento de los tipos de interés y a la entrada de financiación externa.

El Boletín Económico del Banco de España, por otro lado, confirma que el PIB español retrocederá en un 3% este año 2009 -casi el doble de lo previsto por el Gobierno de Rodríguez Zapatero-, y un 1% en 2010, lo que confirma, como expresó ayer mismo el vicepresidente económico español, Pedro Solbes, que «la crisis todavía no ha tocado fondo». El BDE entiende que no habrá una recuperación «incipiente» hasta finales de 2010.

Más despidos

En el boletín, el BDE estudia la relevancia de la reducción de la actividad en el empleo de las empresas. Constata que el 70,1% de las empresas opta por despedir antes que reducir los salarios para encontrar fórmulas alternativas. Según esos datos, si disminuye la demanda productiva, las empresas eliminan seis de cada diez empleos temporales y uno de cada diez puestos fijos. «Las perturbaciones llevan a las empresas a reducir el empleo temporal, especialmente en el caso de una caída de la demanda», indica el informe, que reconoce que esa vía de destrucción de puestos de trabajo es «más frecuente que en la UE».