IBILIZ IBILI jesús Mª Alquézar
Senderos secretos del monte Ulia desde el alto de Miracruz a Pasai San Pedro
Es indudable que el monte Ulia es el verdadero parque natural de Donostia y Pasaia y que en su laberíntica red de caminos y senderos se puede completar numerosas rutas de senderismo de montaña. Y, sin embargo, pocos son los que conocen el entramado en profundidad. La excursión que hoy proponemos es una de esas considerada como secreta, poco conocida y menos aún andada.
San Sebastián-Donostia se queda sin montes. Aquella afamada «corona verde» se ha reducido a mínimos, y la campiña ya casi no es rural. Por ello hay que recordar los pocos espacios naturales que nos quedan, promocionarlos, divulgarlos y recorrerlos para ser conscientes de lo que aun tenemos y oponernos civilizadamente con conocimiento de causa a los proyectos, que se nos venden como respetuosos con el medio ambiente y dejan mucho que desear. Esta excursión está dirigida tanto a los habitantes de Donostialdea, como a todos los visitantes, animándoles a que destinen, si son aficionados, su tiempo a algo más que al turismo tradicional que ofrece Donostia.
Nace la salida en el alto de Miracruz (Rfª Rest. Arzak) y el excursionista tomará la fuerte subida que se dirige hacia Mendiola (balizada con marcas blanquiazules) y que dejará al kilómetro aproximadamente, tomando el sendero de montaña que paralelo a la carretera conduce hasta la pista del cordal cimero del monte. Aunque puede continuarse por ella hasta el primer parking de Mendiola, es recomendable utilizar el viejo camino que rodea la finca privada «Uliako Labea», por sus lindes. Una vez en el aparcamiento se toma a la izda en camino calzada, el tradicional y muy concurrido de la media ladera de Ulia (balizas rojiblancas), que se abandona en pocos minutos por la senda que desciende paralela al valle colgado de Errotaxeta, hacia la caldera y fuente al borde del océano, inmenso vigilante eterno y telón de fondo de esta escapada. Al toparse el caminante con la senda litoral-ruta de los acantilados (marcada en amarillo), la seguirá a la dcha, enfilando rumbo al Faro de la Plata y Pasaia. Tras pasar el original túnel, una indefinida senda aproxima al senderista entre preciosos riscos de alvéolos gruyere hasta el borde de los impresionantes farallones de Putakiyo, los mas verticales acantilados del litoral guipuzcoano, verdaderos frontones de una belleza inimaginable e incomparables, que rivalizan con los mas conocidos de las costas europeas. Caminando a dos metros de caída libre el panorama asombra por su exquisitez, quedando enfrente el almenado faro de la Plata, un ejemplo de cómo debe construirse en la naturaleza, y que decora y enriquece excepcionalmente este escenario marítimo terrestre.
A la explanada de la atalaya, espectacular mirador de todo el litoral, se llega tras descender al profundo valle de Saltoko Erreka donde desembocan las aguas de Ingeles Iturria y remontar el espolón de Aranaga (balizado).
El siguiente paso es ascender al precioso fuerte del Almirante -guerras Carlistas- (situado en la cima del monte en este extremo) que ofrece el abrazo del mundo urbano con el natural cercano. El panorama es relevante, el océano y las montañas dándose la mano. El fin de la excursión está próximo. En el borde del cordal nace una estrecha pero bien pisada e inteligente senda que haciendo una diagonal a la dcha y una circunvalación salva el barranco para llegar a la carretera Trin- cherpe-Faro, donde está señalizada esta vía. Remontará el mendizale 300 mts, hacia el faro, para iniciar el singular descenso a la bocana de Pasaia a través de las estrechas escaleras de Senekozuloa. El paseo marítimo hasta la torre de San Pedro y las estrechas calles de esta localidad pesquera marcan el final de esta diferente, secreta y original excursión que, sin ninduna duda, merece la pena.