Que no haya que esperar otro año
Los rojillos rompieron su mala racha lejos de El Sadar a costa de un Atlético muy fallón en defensa. La tan deseada victoria a domicilio impulsa a los de Camacho hasta el decimocuarto puesto, empatados con el Mallorca y a dos puntos del descenso, que lo marca el Recre.
AT. MADRID 2
OSASUNA 4
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna quiso esperar a que el calendario diera una vuelta completa para volver a ganar lejos de su estadio. Estaba a punto de cumplirse un año de este maleficio -su última victoria lejos de El Sadar databa del 13 de abril de 2008 cuando ganó al Espanyol en Montjuïc-, que quedó roto en el momento más oportuno de la temporada.
Además, lo hizo con autoridad, dando un puñetazo en la mesa de un rival al que siempre se le adjudican galones de Champions en la pretemporada, pero que, como ocurrió en la tarde de ayer, casi nunca responde a las expectativas, pues sus hechuras no son ni siquiera meritorias como para estar en Europa, excepción hecha de su dupla de delanteros.
Hacía bastante tiempo que los aficionados rojillos no veían golear de tal manera a los suyos en campo contrario -el 9 de junio de 2007, con el 0-5 al Betis- ni jugar con la calidad y sosiego de la que hicieron gala en un Calderón que acabó por explotar con su equipo -pitos e irónicos «oes»- y despidió con una gran ovación al héroe de la jornada, Masoud Shojaei.
Su espléndido gol -Pablo todavía estará dando vueltas tratando de encontrar la pelota- puso el broche de oro a un magnífico partido, en el que hay que destacar por encima de su calidad técnica, que nadie la pone en duda, el intenso y correoso trabajo que desplegó intentando cortocircuitar la salida de balón atlética y una mayor generosidad en la combinación con el compañero, al menos durante gran parte del choque.
Los tres puntos cosechados en territorio colchonero llegaron, además, rodeados de una coyuntura favorable por la mayoría de resultados adversos de los rivales inmersos en la lucha por el descenso, lo que propició un considerable salto en la tabla y la salida de los puestos de la quema, donde el equipo ha habitado prácticamente a lo largo de toda la campaña.
Aupados a la decimocuarta posición, aunque hay que recordar que a sólo dos puntos del Recreativo, antepenúltimo, los rojillos obtuvieron un importantísimo balón de oxígeno, que hace abrigar importantes esperanzas para que continúen un año más en la máxima categoría. La senda emprendida por los de Camacho se ha manifestado como la línea a seguir, pero que nadie se engañe, que todavía queda mucho trazado por recorrer y ante oponentes directos, empezando por el inmediato derbi ante el Athletic y continuando con los enfrenta- mientos ante Recreativo y Getafe, envites que van a determinar el devenir de los rojillos.
Notable cambio de actitud
Más importante que el resultado y el salto clasificatorio fue cómo se materializó este primer triple a domicilio. Osasuna dejó de ser el conjunto timorato que venía mostrándose en las últimas jornadas y buscó el gol desde el primer instante del partido. Que sin haberse cumplido diez minutos se hubiera anulado un gol por claro fuera de juego, que otro balón hubiese salido repelido por el larguero y que el equipo se adelantase por 0-1, ya era un claro signo de que algo había cambiado con respecto a anteriores partidos. Ni siquiera el rápido empate de los anfitriones, gracias a una jugada individual de Forlán, restó consistencia al bloque osasunista. Un buen signo, sin duda.
Con tan buenos indicios, estaba claro que era una tarde propicia para confirmar, esta vez con fútbol, la magnífica trayectoria de la segunda vuelta, en la que sólo se ha perdido un encuentro -ante el Sporting- de diez jugados. Claramente había otra actitud y eso se plasmó sobre el verde: la presión sobre el rival se inició más arriba, la movilidad de carrileros y puntas subió varios grados con respecto a pasados compromisos y la línea defensiva se fue entonando a medida que transcurrieron los minutos.
El inmediato derbi de este próximo domingo determinará si Osasuna puede mantener esta cota de juego, en un encuentro en el que la necesidad sigue siendo determinante para ambas escuadras vascas.
En esta ocasión, las arengas de José Antonio Camacho tuvieron efecto en la actitud y rendimiento de sus pupilos. El técnico murciano así lo reconoció tras salir victorioso del Calderón. «Hoy (por ayer) les he dicho a mis jugadores que si el Atlético nos ganaba, que fuera porque nosotros también pudiéramos ganar. Les dije que no quería salir como salimos del campo del Betis», explicó.
El buen juego y la efectividad rojillas fueron patentes. Aunque para el preparador osasunista también la suerte cuenta. «Son los mismos jugadores y antes no marcábamos ni de penalti. Hemos hecho lo mismo que en otros partidos, pero no ganábamos. La verdad es que ante el Atlético empezamos igual que en el Bernabéu», comentó. «Muchos partidos se deciden por suerte. Empezamos tirando al palo y de todos es conocido que tienen gente muy buena adelante. Con 0-1 nos empataron injustamente y a veces un partido se puede complicar por estas cosas», incidió.
Camacho continuó sacando pecho por la línea mantenida por el conjunto que dirige. «Ambición no nos ha faltado en ningún momento, pero los resultados te marcan y ha habido puntos que los hemos perdido por mala suerte. Eso se paga».
«Ahora el equipo está inmerso en una dinámica positiva, llevamos una segunda vuelta muy fuerte, quitando el partido del Sporting. Esta victoria no da mucha ilusión, pero son tres puntos y, aunque hemos salido del descenso, tenemos que seguir así. La semana que viene va a ser muy importante en el desarrollo posterior del campeonato», avisó.
Comparado con Messi por su gol, Camacho dijo de Masoud que «es iraní y está en Osasuna. Messi está en un gran equipo y tiene más resonancia».