El abulense transmite tanta tranquilidad como seguridad en que va por el camino bueno en un año en el que sus objetivos son Giro y Tour, donde defenderá triunfo.

Llegó a llamar personalmente al organizador Jaime Ugarte para que les invitaran a esta vuelta...

Sí, porque es mi última por etapas antes del Giro y para mí es una carrera muy importante para terminar de coger el nivel de forma que necesito. Ellos tenían en cuenta al equipo, pero no estaba seguro al 100% y me puse en contacto con Jaime. Hablamos, me dijo que no había problemas y estoy contento de correr aquí con un recorrido duro como siempre, un Giro en pequeño, con un constante sube y baja, una carrera rápida que para mí es importante. Voy por el buen camino y de ahí a estar en el nivel que deseo me queda un camino por recorrer y he sufrido aquí para estar cada día más cerca del grupo de cabeza y coger ese nivel. Además tengo un equipo potente que necesita de carreras como ésta para adquirir la motivación necesaria para que al llegar el momento esté motivado y seguro de que todos vamos en una misma dirección.

No están en el Pro Tour, pero casi han conseguido un calendario mejor que si lo estuvieran...

No está bien que lo diga yo, pero el estar Carlos Sastre en el equipo ha abierto muchas puertas, sobre todo de los organizadores grandes. Todas las pruebas importantes tienen un respeto muy grande por mí. Gracias a eso hemos logrado sin ser Pro Tour estar en la salida de las mejores carreras y es muy importante para mí después de una trayectoria deportiva lograr ese respeto. Al principio no sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar. El equipo no llegó en el momento oportuno para ser Pro Tour, no teníamos la infraestructura que necesitábamos, con un desembolso económico muy grande en el primer año y sin tener la experiencia necesaria para tomar esas decisiones. Lo más importante era sobre todo estar seguros de que el proyecto tenía continuidad y hacer las cosas desde los cimientos y sin ser un Pro Tour hemos conseguido resultados importantes. Estamos a la altura de ellos y en el futuro se puede plantear entrar. Ahora dependemos de las invitaciones de las organizaciones y no puedes hacer planificaciones a largo plazo, pero en principio contamos con un buen calendario y eso es importante para todos los corredores y para el equipo.

¿Ayuda que Haussler y Hushovd den a Cervélo resultados en pruebas importantes mientras usted se prepara para sus objetivos?

Esa era la idea mía. El equipo debía ser un poco más tranquilo, con más juventud, pero cuando decidí incorporarme necesitaba gente que me ayudara. Hemos juntado un conjunto de corredores con bases para conseguir resultados, con experiencia para asistir a carreras importantes y eso nos ayuda y anima a todo el bloque a conseguir estos resultados por los que nadie pregunta.

Da la sensación de que este equipo lo ha hecho nacer usted...

Es cierto que cuando dije que sí, ellos se pusieron manos a la obra y este equipo ha nacido porque he decidido unirme a él. Me siento agradecido y recompensado al mismo tiempo, una parte de este equipo es una parte muy grande de Carlos Sastre. Me hacía ilusión y me apetecía para buscar esos alicientes que en este deporte son tan importantes para divertirme en la bici y entrenarme con la tranquilidad de saber lo que quiero y en qué dirección voy y este equipo me lo permite.

Le he leído que el Giro es su primer objetivo de la temporada...

El primero por orden. Soy una persona que se plantea los objetivos según vienen. El Giro es el primero, pero el Tour es muy especial y muy importante y es mi segundo objetivo del año, pero tan importante como puede ser el Giro, por no decir más.

¿Qué objetivo se marca en el Giro?

Lo he corrido tres ocasiones para trabajar para otros. En la primera en el 99 para Jalabert, que terminó cuarto. En el 2002 trabajé para Hamilton y acabó segundo y en la tercera le eché una mano a Iban Basso para ganar en el 2006. Nunca he tenido objetivos propios en el Giro y será la primera vez que lo haga, pero no soy una persona que me plantee un puesto como objetivo. Quiero llegar al Giro con los deberes hechos y luego la carrera será la que decida.

¿Será difícil batir a los italianos en el centenario de su prueba?

No hay nada fácil en esta vida. Estoy tratando de hacer las cosas como creo que las debo hacer, me entreno y compito como tengo que hacerlo para llegar al Giro en las mejores condiciones y, a partir de ahí, lo que tenga que ser será. Ni ellos me lo van a poner fácil ni yo a ellos. Por eso somos competitivos.