Pistoletazo de salida a las elecciones en la gigantesca y desgarrada India
Las circunscripciones del norte y este del subcontinente indio ser�n hoy las primeras en votar en un proceso electoral en cinco fases que durar� cerca de un mes. No hay un favorito claro y un frente com�n formado por un partido de intocables y varias formaciones comunistas aspira a dar la sorpresa y acabar con el bipartidismo del hist�rico Partido del Congreso y la formaci�n panhindu�sta del BJP.
GARA |
India arranca hoy un marat�n de un mes en unas elecciones legislativas m�s abiertas que nunca y con un fr�gil gobierno de coalici�n en un momento en el que el pa�s est� atrapado entre los efectos de la crisis global y las amenazas de atentados .
El escrutinio, al que est�n llamados 714 millones de potenciales votantes, tendr� lugar en cinco fases hasta el 13 de mayo para designar a los 543 diputados de la Asamblea del Pueblo, que representar�n a 28 estados y siete territorios de la Uni�n.
A las 7 de la ma�ana (primera hora de la madrugada en Euskal Herria) comenzar� el proceso electoral en 124 circunscripciones (140 millones de electores) del norte y el este del subcontinente indio, muchas de ellas afectadas por la extrema pobreza e insurrecciones armadas de mao�stas, independentistas e islamistas cachemir�es o tribus.
Mosaico de etnias, culturas y castas, y con 18 lenguas oficiales, la India es un pa�s totalmente fragmentado y constituye probablemente la sociedad m�s completa del planeta.
Convertida en sus 62 a�os de independencia en una potencia at�mica, India conjuga un estatus oficial de d�cima econom�a mundial con unas desigualdades sociales siderales, a las que hay que sumar las tensiones comunitarias entre hind�es (80,5%), musulmanes (13,5%), cristianos (2,3%) y sijs (1,9%).
No gobernar�n en solitario
Ni el Partido del Congreso del primer ministro Mammohan Singh -musulm�n chi�ta- ni la oposici�n de la derecha hindu�sta del Partido del Pueblo Indio (Bharatiya Janata Party, BJP), del octogenario Lal Krishna Advani lograr�n suficientes esca�os para gobernar en solitario
Los sondeos otorgan una ligera ventaja al Congreso, que ha gobernado el pa�s durante cinco de las seis d�cadas transcurridas desde su independencia (1947).
Un Congreso venido a menos
Su candidato a la reelecci�n, Singh, fue el ministro de Finanzas responsable en 1991 de las reformas econ�micas que desmantelaron el control estatal de la econom�a.
En esta �ltima legislatura, y desde la jefatura del gobierno, ha sacado adelante un pacto de cooperaci�n nuclear con EEUU que le cost� duras cr�ticas de los aliados comunistas del Ejecutivo, hasta el punto de que le retiraron su apoyo.
Economista con fama de honrado -algo inusual en la corrupta India-, Singh presume de haber liderado el pa�s en la legislatura con mayor crecimiento econ�mico de su historia (en torno al 9% anual).
Alardea asimismo de haber impulsado proyectos de ayuda a los sectores m�s necesitados. Pero lo fr�os datos siguen negando la mayor. Seg�n datos oficiales, 455 millones de indios viven con menos de 1,25 d�lares al d�a. La tasa de analfabetismo supera el 63% de la poblaci�n. Sus detractores denuncian que sus programas sociales han sido puro maquillaje e insisten en que Singh es un primer ministro plano y d�bil que no hace sino seguir las directrices en la sombra de Sonia Ghandi, viuda del primer ministro Rajiv Gandhi y nuera de la ex primera ministra Indira Gandhi -ambos muertos en atentados-. Como heredera indirecta de la dinast�a de Nehru -padre de la patria junto a Mohandas Gandhi-, Sonia Ghandi asumi� hace m�s de diez a�os el liderazgo de un partido, el Congreso, en horas bajas y en la oposici�n, y lo devolvi� al poder, aunque sin acercarse a las avasalladoras mayor�as parlamentarias de anta�o.
Tras las elecciones de 2004, era ella la encargada de formar Gobierno, pero cedi� a la presi�n de la oposici�n y de sectores de su propio partido reticentes de que una extranjera (es italiana de nacimiento) asumiera el m�ximo cargo en India.
Su hijo Rahul Gandhi est� asimismo desempe�ando un importante papel en estos comicios y ya hay quien le postula como jefe del Ejecutivo. Recuerdan que hace un a�o realiz� una gira de �descubrimiento� de India similar a la que hizo su padre antes de lograr el puesto.
El Partido del Congreso vive, empero, una situaci�n distinta a la que hered� Rajiv. En las �ltimas elecciones venci� pero no logr� m�s que 145 diputados (del total de 545), lo que le oblig� a pactar con m�s de una decena de fuerzas para gobernar.
Y es que en los �ltimos a�os se ha apartado discreta pero inexorablemente de su ideario socialista y defensor del no alineamiento, lo que he la costado muchos apoyos.
La alternativa hindu�sta
El BJP aspira a volver al poder con una agenda m�s �moderada� con la que quiere atraer el voto de bancos electorales ajenos a la ideolog�a panhind�, moderaci�n a la que contribuy� su paso por el poder entre 1998 y 2004.
No obstante, la pulsi�n religiosa persiste y prueba de ello es la elecci�n como candidato de Advani, quien catapult� a esta formaci�n en 1989 con una campa�a para levantar un templo hind� sobre una mezquita en Ayodhya, una marcha por todo el pa�s que desemboc� en la destrucci�n del centro isl�mico y en unos pogromos antimusulmanes que dejaron un saldo de miles de muertos.
Atal Bihari Vajpayee, quien desde posiciones m�s contemporizadoras capitane� al BJP a finales de los noventa y accedi� a la jefatura del Gobierno, ha declinado su candidatura por problemas de salud.
Advani insiste en vender moderaci�n aunque su programa electoral incluye la exigencia de revocar el estatus especial de la Cachemira musulmana e insiste en la construcci�n del templo hind� de Ram en Ayodhya.
Mucho tiene que ver en ello la pulsi�n interna de la red hindu�sta Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), plataforma religioso-pol�tica con millones de voluntarios por todo el pa�s que ofrecen asistencia a la depauperada poblaci�n. Los influyentes l�deres del RSS, cerebro de la fundaci�n del Jana Sangh -predecesor del BJP- vigilan de cerca que el partido no se desv�e de sus principios hindu�stas.
Dada la fragmentaci�n pol�tica en India, el BJP precisar�a a su vez para gobernar el apoyo de fuerzas regionales y pr�ximas a su �rbita, como el panhindu�sta Shiv Sena.
El Tercer Frente
Algunos partidos comunistas han consensuado, junto con la formaci�n intocable de Mayawati Kumari, el llamado Tercer Frente, que aspira a convertirse en la sorpresa electoral.
Esta heter�clita alianza no ha presentado una candidatura com�n y los distintos partidos siguen a la espera de los resultados finales.
Unos resultados que a buen seguro no decidir�n nada. Los expertos pronostican que todo se jugar� en una sexta fase tras el 16 de mayo, en la que los partidos regionalistas podr�an tener la �ltima palabra. El resultado electoral ser� el producto de 28 escenas electorales en 28 estados indios.
Tanto el partido en el poder como la principal formaci�n opositora agitan el �espectro del terrorismo� cuatro meses despu�s de los atentados de Mumbai, pero los expertos dudan de que esta cuesti�n vaya a marcar las preferencias de los electores.
El Partido del Congreso se presenta como �el �nico capaz de luchar con fuerza y determinaci�n contra el azote del terrorismo�, en un intento de silenciar las cr�ticas por no haber impedido el 11-S indio (174 muertos).
El Parlamento aprob� en diciembre una legislaci�n �antiterrorista� draconiana El gigante asi�tico es objetivo de una ola de atentados sin precedentes, al ritmo medio de uno cada tres meses desde 2005.
Una circunstancia que la oposici�n del BJP trata de explotar, calificando de �d�bil� la pol�tica en esta materia del Gobierno del Partido del Congreso.
No obstante, y pese a sus soflamas, pocas lecciones puede dar el BJP cuando, siendo su candidato Advani ministro de Interior tuvo lugar el 13 de diciembre de 2001 el asalto contra el Parlamento de Nueva Delhi. El polit�logo Kumar Ketkar resume desde Mumbai que �en cuesti�n de seguridad nacional, ambos partidos son �las dos caras de una misma moneda�. Ajay Sahni, director del Instituto de gesti�n de conflictos de Nueva Delhi, recuerda, con todo, que �la seguridad nacional no ser� nunca el eje� de unas elecciones en un pa�s donde el voto �se decide en funci�n de cuestiones econ�micas y pol�ticas locales y regionales�.
El proceso al �nico acusado del atentado de Mumbai se pospuso hasta hoy tras un inicio ca�tico despu�s de que el presidente del tribunal rechazara a su abogado e impidiera luego que sea defendido por un letrado de nacionalidad paquistan�.
India prob� ayer con �xito en su costa oriental un misil tierra-tierra Prithvi-II con un alcance de 350 kil�metros y capacidad para portar ojivas nucleares. Su m�s poderoso misil, el Agni-III, tiene un radio de acci�n de 3.000 kil�metros y puede alcanzar China.
Un helic�ptero aterriza en una explanada al sur de Nueva Delhi. La �reina de los intocables� baja del aparato para participar en un mitin en la barriada de Nuh, a 100 kil�metros de la capital india. Miles de hind�es y musulmanes han llegado para escuchar a Mayawati Kumari, una dalit (intocable) que promete �cambiar sus destinos� si es elegida primera ministra.
�Hermanos y hermanas, os imploro que no vot�is al Congreso o al BJP, que s�lo sirven a los ricos y se r�en de los pobres�.
La l�der del Bahujan Samaj Party (Partido de la Sociedad Dalit) dirige desde 1995 el Gobierno del estado norte�o de Uttar Pradesh (182 millones de habitantes).
Los intocables -considerados fuera de las castas o pertenecientes a sus eslabones m�s bajos- son 165 de los 1.170 millones de habitantes de India y su vida est� plagada de obst�culos en el mercado del trabajo, en el alquiler o en la educaci�n. Sufren violencia y vejaciones, pese a que la ley proh�be oficialmente toda discriminaci�n . La intocabilidad fue formalmente abolida en la Constituci�n india de 1950, pero la ONU asegura que de facto, persiste.
�Ning�n gobierno ha hecho nunca nada por nosotros�, denuncia Sona, una intocable cuadragenaria. �Ella nos representa, comprende nuestros problemas y sabe lo que es ser pobre�, coincide Somvati, una costurera aquejada de cataratas y madre de seis ni�os.
Hija ella misma de una familia de curtidores de cuero, Mayawati mantiene su popularidad pese a las acusaciones de corrupci�n y enriquecimiento. Para ser reelegida en 2007 en Uttar Pradesh, tuvo que seducir a los hind�es de casta alta (brahmanes) y a los musulmanes. Aspira a repetir receta a escala nacional