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Izquierda abertzale y EA apuestan por responder al blindaje de UPN

La ponencia política aprobada por UPN en el congreso celebrado el domingo lleva a la izquierda abertzale y a EA a la misma conclusión: el partido que ya lidera Yolanda Barcina se reafirma en su pacto con el PSN para impedir el derecho a decidir. Mariné Pueyo y Xanti Kiroga apostaron ayer por un cambio real que permita ejercer ese derecho, y Maiorga Ramírez abogó por un acuerdo similar en clave abertzale.
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Iñaki VIGOR- Ramón SOLA |

Un día después del congreso en el que UPN aprobó una hoja de ruta destinada a avanzar en el blindaje del actual marco, tanto Mariné Pueyo y Xanti Kiroga -en representación de la izquierda abertzale- como Maiorga Ramírez -presidente de EA en Nafarroa- recalcaron que el trasfondo de esta decisión es una apuesta de Estado para impedir que la ciudadanía navarra y vasca en general tenga derecho a decidir. Así las cosas, unos y otros coincidieron en reclamar una estrategia abertzale conjunta.

En una rueda de prensa celebrada en Iruñea, Xanti Kiroga y Mariné Pueyo afirmaron que «la imposición y la mentira de UPN quedan al descubierto cuando afirma que `Navarra es España por derecho propio y mediante pacto con el Estado', para decir a continuación que esa situación es innegociable».

«La realidad -constataron- es que el derecho propio de Nafarroa ha sido negado constantemente desde la invasión en 1512 y los posteriores intentos de asimilación».

También indicaron que la separación de Nafarroa del resto de Euskal Herria resulta «clave» para evitar que el pueblo vasco pueda decidir su futuro.

«Tal circunstancia -dijeron ambos miembros de la izquierda abertzale- nos convierte en cuestión de Estado, posibilitando que quienes suelen aparecer como enemigos irreconciliables puedan darse la mano. Lo comprobamos en la colaboración entre UPN y PSN para la formación del Gobierno en Nafarroa y lo hemos visto tras las elecciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, con el acuerdo de PSE y PP. En ambas situaciones se adivina la mano de un PSOE anclado en las viejas fórmulas contra el independentismo».

La conclusión que sacaron del congreso de UPN es que «ha quedado en evidencia que sólo hay dos proyectos estratégicos, radicalmente opuestos: por una parte, el inmovilista del búnker de UPN y PSN, que nos sigue imponiendo la españolidad de Nafarroa, y por otro la alternativa de un cambio real que nos permita decidir nuestro futuro».

Tras calificar de «sorprendente» que dirigentes políticos como Uxue Barkos, Txentxo Jiménez o Patxi Zabaleta «sigan manteniendo públicamente la idea del acuerdo con el PSN en Nafarroa y el PSOE en Madrid», hicieron un llamamiento a «plantarse» frente al proyecto del PSN y UPN y «trabajar en común, por encima de partidismos, por un cambio real en Nafarroa que permita alcanzar una situación donde todas las opciones puedan ser defendidas y realizadas en pie de igualdad».

«Razón de nación»

El presidente de EA en Nafarroa y a su vez parlamentario de NaBai, Maiorga Ramírez, consideró por su parte que el desarrollo de este congreso de UPN ha sido coherente con las decisiones tomadas en los últimos meses tanto en Nafarroa como en la CAV. Recordó que en ambas administraciones se aprecia un «pacto de Estado».

En una entrevista a Radio Euskadi Ramírez demandó con claridad una unidad abertzale «por razón de nación» que permita «combatir democráticamente la estrategia nacionalista española» de PP, UPN y PSOE.

Según remarcó, los acuerdos entre estos partidos en Iruñea y Gasteiz «obran de acuerdo a una razón de Estado», por lo que lamentó que los partidos abertzales «no consigan sustanciar una fórmula para combatir democráticamente esa estrategia nacionalista española».

Preguntado a ver si en consecuencia EA se arrepentía de no haber concurrido en coalición con el PNV, Maiorga Ramírez replicó que no se estaba refiriendo a eso, sino a la necesidad de «articular un bloque, un polo, que reivindique muy clara y nítidamente el derecho a decidir y que busque sinergias con el resto de formaciones abertzales». Añadió que esa unidad de acción debe articularse «por vías políticas y civiles». Y cuestionado sobre cómo es posible lograrlo y si la imagen unitaria del Aberri Eguna de Irun-Hendaia obedece a ello, Ramírez precisó que «el polo soberanista se construye día a día y, para ello, hay que ir tendiendo puentes».

«Estamos abiertos a todo tipo de debates y contactos con todas las fuerzas políticas porque estamos convencidos de que el conjunto de la sociedad, también en lo que respecta la izquierda abertzale, es consciente de que, en estos momentos, es más deseable y más necesaria que nunca esa articulación», concluyó.

Por su parte, Patxi Zabaleta opinó que en el congreso de UPN «no ha habido debate sobre ideas. La nueva dirección pide manos libres y pone condiciones para el diálogo que son inaceptables», en alusión a la afirmación de Barcina de que sólo contempla acuerdos con los grupos que apoyen la Constitución y el Amejoramiento.

KIROGA Y PUEYO

«Sólo hay dos proyectos estratégicos: el inmovilista del búnker UPN-PSN, que nos sigue imponiendo la españolidad de Nafarroa, y la alternativa por un cambio real que nos permita decidir nuestro futuro como pueblo».

Significativos elogios a Barcina desde CDN y PP

Los elogios más encendidos para la nueva líder de UPN, Yolanda Barcina, llegaron curiosamente desde dos formaciones con las que tiene una peliaguda relación que resolver en el futuro próximo: PP, con quien acaba de romper el acuerdo de fusión, y CDN, con quien aspira a reunificarse pronto.

Desde el PP, su secretaria general, María Dolores de Cospedal, trasladó sus felicitaciones a Barcina, afirmó que «le deseo todo lo mejor» y calificó el apoyo obtenido como «magnífico», pese a haber sido la única candidata.

De Cospedal y Barcina mantuvieron conversaciones, con el consentimiento de UPN, al mismo tiempo en que Miguel Sanz acometía la ruptura del pacto, aparentemente con la intención de dejar algunos puentes tendidos de cara al futuro. En su discurso del domingo, Barcina no criticó en ningún momento al PP. Fue Miguel Sanz quien se encargó de justificar la separación y sus motivos ante los congresistas.

Por lo que respecta a CDN, su referente más carismático, Juan Cruz Alli, se deshizo en loas hacia Barcina. Estimó que es «la mejor imagen que puede presentar UPN a la sociedad navarra», y añadió que su elección supone «un logro importante, no sólo político sino también social, porque el partido de las esencias de Navarra y de la navarridad ha elegido a una persona que no ha nacido en esta tierra».

Estas palabras allanan claramente el camino a la reunificación de UPN y CDN, donde ya no mandan dos líderes enfrentados durante catorce años: Sanz y Alli. En las últimas semanas, desde ambas sedes se cruzan mensajes con ese objetivo. De momento, UPN le ofrece integrarse en su seno, y CDN rechaza esta vía. GARA

UPN y PSN confirman que la entrada de Barcina no va a cambiar la relación entre ambos partidos

La pasada semana, el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, situó a Yolanda Barcina en un espacio muy a la derecha, pero esto no significa que el cambio de líder vaya a tener ninguna repercusión en la relación entre ambos partidos. El propio Jiménez se desdijo ayer al felicitar a Barcina y explicar que su irrupción «nos da igual porque lo que nos preocupa son los problemas de los ciudadanos de Navarra».

En realidad, Jiménez negó que su partido tenga una relación preferencial con UPN, sino que sólo admitió una colaboración con el Gobierno navarro «para solucionar los problemas de la gente».

Nadie duda de la capacidad de ambos dirigentes para seguir logrando acuerdos, toda vez que Jiménez ya pactó de forma continua con Barcina en la pasada legislatura, cuando él era jefe del grupo municipal del PSN y la alcaldesa de Iruñea necesitaba sus votos.

Desde UPN se lanzan también mensajes de continuidad. Carlos García Adanero, nuevo secretario general, explicó que nada va a cambiar porque los acuerdos con el PSN «se toman entre partidos, no entre presidentes».

Ya por la tarde, antes de celebrarse la primera reunión de la nueva Ejecutiva de UPN, el vicepresidente Alberto Catalán insistió también en que ahora es Barcina quien dirige el partido, y no él ni Miguel Sanz. «Donde hay patrón, no manda marinero», explicó. GARA

RAMÍREZ

El presidente de EA en Nafarroa consideró evidente que UPN, PP y PSOE actúan por «razón de Estado» tanto en Iruñea como en Gasteiz y echó en falta en Euskal Herria una unión similar entre los abertzales por «razón de nación».

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