GARA > Idatzia > > Eguneko gaiak

Desafíos bélicos para EEUU

La espiral de ataques en Irak compromete el plan de repliegue militar de Obama

Tres atentados en dos días y 150 muertos, la mayor parte peregrinos chiíes iraníes. Irak vuelve a sumergirse en una peligrosa escalada que recuerda a la registrada en 2006, que estuvo a punto de hundir el país en una guerra civil y que coincide con los planes de repliegue de EEUU.

p002_f02_234x148.jpg

GARA | BAGDAD

Dos kamikazes hicieron estallar ayer sus cargas explosivas simultáneamente en los accesos a un santuario chií en Bagdad, dejando un saldo provisional de 60 muertos y 125 heridos .

El doble atentado tuvo lugar poco antes del inicio de la oración del viernes -día festivo musulmán- en el mausoleo del imam Mussa al-Kadhim, en el barrio de Kadhimiyah, en el norte de la capital iraquí.

Se trata del ataque más mortífero registrado en Bagdad desde marzo de 2008 y es el segundo atentado en 24 horas que tiene como objetivo a peregrinos iraníes, que viajan cada año por cientos de miles a Irak a visitar los lugares santos del chiísmo.

El mausoleo del imam Mussa al-Kadhim es uno de ellos, no en vano es considerado por los devotos de esta corriente del islam como uno de sus doce imames.

Este nuevo atentado eleva a alrededor de 150 las víctimas mortales registradas en las últimas horas.

Un kamikaze se hizo explotar la víspera en un restaurante de Muqdadiya, a un centenar de kilómetros al norte de Bagdad, en la provincia de Diyala. Murieron 56 personas, de ellas 52 peregrinos iraníes.

Gestos entre EEUU e Irán

La elección como objetivo de estos grupos de peregrinos coincide con los recientes gestos recíprocos entre la Administración Obama y la República Islámica iraní, enemigos históricos en las últimas décadas. EEUU ha mostrado su disposición para negociar con Teherán en torno a su programa nuclear y los responsables iraníes han respondido mostrando la suya para ayudar a Washington a salir del atolladero afgano.

Escenario del primero de los atentados, la provincia de Diyala, con Baquba como capital, es considerada el feudo de lo que Washington presenta como la Sección Iraquí de Al-Qaeda, y que es una amalgama de ocho grupos islamistas suníes unidos por el rigorismo, por la consideración del chiísmo como una simple apostasía y por el alineamiento con la yihad global.

No fue, con todo, el único ataque que tuvo lugar el jueves. Una kamikaze se hizo estallar ante un retén policial que distribuía comida entre grupos de mujeres indigentes al este de Bagdad. 28 personas resultaron muertas, entre ellas policías y civiles desplazados de episodios de violencia interconfesional.

Precisamente, estos atentados recuerdan a los que en 2006 provocaron una espiral de venganzas y represalias y que dejaron a Irak al borde del abismo de una guerra civil abierta entre chiíes y suníes. Uno de los más sonados, que no de los más sangrientos, fue el que destrozó la cúpula del mausoleo de Samarra, de obediencia chií en medio de una zona poblada mayoritariamente por suníes.

Las represalias no se hicieron esperar y las fuerzas regulares gubernamentales -formadas mayoritariamente por chiíes- y escuadrones de la muerte respondieron a sangre y fuego contra la minoritaria población suní a lo largo y ancho del país, provocando desplazamientos de población y heridas que todavía supuran.

En ese contexto, la Administración Bush decidía entonces comprar la fidelidad de líderes tribales suníes -los otrora aliados de Saddam Hussein- para emplear a sus milicias contra la llamada Sección Iraquí de Al Qaeda, cuyos atentados indiscriminados provocaban cada vez más rechazo incluso entre la población suní.

Esta frágil alianza ha permitido desde 2007 un descenso en la cifra de atentados y, sobre todo, de bajas militares estadounidenses pero no ha sido nunca bien vista por el Gobierno iraquí, dirigido por una coalición chií. Y a medida de que este último se ha ido haciendo cargo de la situación los recelos han ido a más y se han convertido en redadas contra los líderes de estas milicias, que se encuentran entre la espada de los ataques de Al-Qaeda y la pared del intento de sacarlos de escena por parte del Gobierno chií.

Los líderes de estas milicias, conocidas como Sahwas (Despertar), han denunciado la persecución que sufren por parte del Ejército y de la Policía iraquíes. Algunos han ido más allá y amenazan con volver sus armas contra ellos y, por extensión, contra los ocupantes.

Estas denuncias y advertencias han sido cada vez más contundentes desde el pasado mes de marzo y coinciden con un repunte de los atentados en Irak, reconocido incluso por el propio Pentágono pese a sus insistentes intentos en los últimos dos años de magnificar las «mejoras» de la situación en Irak.

No obstante, la realidad es terca y los mandos militares ya han advertido en las últimas semanas de que EEUU podría incumplir su promesa de retirarse de todas las ciudades iraquíes para finales de junio.

Aducen para ello la ineficacia de las tropas locales para hacer frente solas a focos de insurgencia yihadista como el que se ubica en Baquba. No obstante, ciudades como Mosul, en la frontera con el Kurdistán Norte, e incluso Kirkuk o la propia Bagdad no parecen responder a los presupuestos del Pentágono para un repliegue de sus tropas a bases alejadas.

El tiempo lo dirá, pero la frecuencia sangrienta de atentados estas semanas augura más de lo mismo en el Irak ocupado.

tiempo

El artífice de la actual estrategia ocupante en Irak, general David Petraeus, reconoció que llevará «un tiempo considerable eliminar a los extremistas»

plazo

Washington y Bagdad acordaron el repliegue ocupante de las ciudades para el 30 de junio y la retirada del país, a excepción de algunas bases permanentes, para finales de 2011

Los talibán se van de Buner, la sharia se queda

Los talibán paquistaníes comenzaron a replegarse del distrito de Buner, en el Punjab paquistaní, después de que las autoridades locales se comprometieran a implantar sin dilación la sharia o ley islámica. Los talibán exigían la aplicación del acuerdo de paz firmado con el Gobierno paquistaní y que estipula la implantación de la sharia en toda la región de Malakand, de la que forman parte tanto el distrito de Buner como el valle de Swat.

Ante el malestar de EEUU por la situación en el noroeste del Pakistán, el Ejército tuvo que salir al paso y asegurar que el acuerdo de paz no es una concesión, sino una «pausa táctica».

GARA

El refuerzo de EEUU en Afganistán es un error para los veteranos

A escasos meses del envío de hasta 21.000 soldados más, muchos veteranos de la guerra en Afganistán coinciden en alertar de que ello no resolverá la situación.

«Tras dejar Afganistán, creo que la presencia americana allí es un grave error», advirtió Rick Reyes, cabo de marines, en una comparecencia ante la comisión de Exteriores del Senado de EEUU. «La intervención militar no es la respuesta adecuada y la escalada militar es un grave error», insistió.

Menos contundente pero asimismo crítico se mostró el capitán retirado Westley Moore. «El aspecto militar es importante, porque hay que garantizar la seguridad, pero debe ser completado con esfuerzos en otros sectores», advirtió.

La nueva estrategia anunciada por el presidente, Barack Obama, prevé el envío de 21.000 soldados más que se sumarán a los 38.000 que tiene destinados EEUU en suelo afgano. Busca con ello frenar el recrudecimiento de la ofensiva de la resistencia afgana. Paralelamente, Obama defendió el envío, en paralelo, de misiones «civiles» que se destinarían a la ayuda al desarrollo económico y político del país, asolado por décadas de guerra.

La guerra de Vietnam, escenario de una vergonzosa retirada estadounidense, fue asimismo citada ante el Senado como un ejemplo a no repetir. Cuidándose de no establecer una analogía entre ambos conflictos, el ex candidato a la Casa Blanca y presidente de la comisión senatorial, John Kerry, veterano de Vietnam, reconoció paralelismos. «Combatimos otra vez a una insurrección en un país rural dotado con un gobierno débil. Nuestros enemigos se funden con la población y atraviesan con facilidad una larga frontera para hallar refugio en un país vecino», señaló. «Estamos desconociendo las similitudes y eso es peligroso», añadió.

Otros intervinientes pusieron el acento en la decisión de EEUU de olvidarse de Afganistán una vez logró la retirada de las fuerzas de ocupación soviéticas en los ochenta. Genevieve Chase, sargento reservista, instió a no abandonar el país sin haber asegurado la situación.

La opción militar fue criticada tanto por senadores republicanos como demócratas, «Yo no sé qué hacemos allí aparte de enviar tropas», denunció el republicano Bob Corker. El senador demócrata Ruuss Feingold insistió en que «la escalada militar podría desestabilizar aún más la situación en detrimento de la seguridad de nuestras tropas».

«Hay mucho que hacer aún en Afganistán y Pakistán», sentenció resignado el senador John Kerry.

GARA GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo