BILBO

Antes de que el alivio por la victoria en Los Pajaritos degenerase en una relajación prematura, Pablo Orbaiz advirtió de que aún queda camino por recorrer. El capitán rojiblanco, de hecho, llegó a tildar de prácticamente imposible la posibilidad de que el Athletic se asegure la permanencia antes de la disputa de la final de Copa.

Tiene razón Orbaiz en que el objetivo no es fácil, más aún viendo la trayectoria que vienen firmando los rojiblancos, que no han conseguido calcar la reacción que protagonizaban a estas alturas en la primera vuelta. Pero tampoco es imposible que el equipo finiquite la temporada -aunque no pueda hablarse de permanencia matemática- en las tres jornadas ligueras que restan hasta el 13 de mayo.

Incluso hipotecando el último encuentro previo a la final, la visita del Betis a San Mamés. Algo más que previsible, no sólo porque, como se demostró en las jornadas anteriores a la semifinal ante el Sevilla, será difícil apartar la cabeza de Mestalla, sino porque, probablemente, el propio Joaquín Caparrós reserve prácticamente a todos sus jugadores de confianza.

Aún así, el Athletic podría llegar a esa cita con el único objetivo en mente de alzar su primer título en un cuarto de siglo. Para ello tiene que ganar sus dos próximos compromisos.

Menos de 42 puntos

Aunque las cifras van de los 39 puntos con los que promocionó el Extremadura -hoy en día se habría salvado- en la temporada 98/99, a los 45 que necesitó el Numancia un año después, la media de puntos necesarios para asegurarse la permanencia en la última década es de algo menos de 42 puntos. Es decir, cinco más de los que ahora mismo tiene el Athletic.

Incluso el calendario, propio y ajeno, podría sonreir a los bilbainos, que en las dos próximas jornadas se enfrentarán al Sporting, que ha entrado en barrena situándose sólo un punto por encima del descenso, y antes a un Racing que llega a San Mamés con la moral por las nubes y especialmente incisivo lejos del Sardinero pero que, como los asturianos, se sitúa en la segunda mitad de la tabla. Por lo tanto, incluído entre los rivales teóricamente asequibles.

Las dos próximas jornadas, además, ofrecen multitud de cruces directos, lo que, en el mejor de los casos, podría beneficiar aún más al Athletic.

Lo que sí parece imposible -aunque matemáticamente no lo sea- es que los rojiblancos lleguen al 13 de mayo con la permamencia totalmente asegurada. Sobre todo viendo la reacción del Espanyol, sobre el que deberían aumentar en otros cuatro puntos su ventaja.