Después de una prometedora carrera en el cortometraje y la televisión, el donostiarra Borja Cobeaga llega ahora al largometraje con la comedia «Pagafantas», un antihéroe interpretado por Gorka Otxoa, acompañado en el reparto por Sabrina Garciarena, Óscar Ladoire y Kiti Manver, entre otros. Este «pagafantas» -etimológicamente, aquel que paga las fantas a las chicas sin conseguir que éstas vean en él más que a su mejor amigo- conoce a Claudia y cree que su suerte ha cambiado, pero poco a poco comprobará que se trata de uno más de sus fracasos. Según Cobeaga, que presentó su trabajo en el Festival de Málaga, la historia tiene un componente autobiográfico, aunque él ya está «reformado» y ha «superado esa fase», algo para lo que recomienda «huir». Por ello, es una película «hecha desde las tripas» para la que ha elegido «el lado patético de la vida, porque todos somos patéticos y el patetismo es democrático». «Los presonajes no son perdedores, porque para serlo tendrían que haber perdido algo y esta gente nunca ha tenido nada», añadió Cobeaga, al que le interesaba hacer «algo realista, que dé vergüenza ajena, que se pase bien y mal, que la risa se congele en un punto y que haya un equilibrio entre lo cruel y lo tierno».

La Habana madrileña

Su experiencia personal como «pagafantas» está estrechamente relacionada con su concepción de Euskal Herria como el «Polo Norte sexual de Occidente». «Si vas al País Vasco desde fuera, el mestizaje gusta, pero lo difícil es ligar entre vascos, es el antiincesto. Me fui a vivir a Madrid y me parecía La Habana, y los vascos vamos de turismo sexual a Burgos».