La Encuesta de Población Activa (EPA) sitúa en 141.000, 27.300 más que en el último trimestre del pasado año, el número de personas sin empleo en los tres primeros meses del año. El deterioro del mercado laboral es aún más profundo si atendemos a los datos del INEM referidos a marzo, cuando acreditó que había 159.401 personas registradas como desempleadas en las oficinas del Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.

Si la escalada al alza aceleró el paso a partir del primer semestre de 2008, en la actualidad se encuentra desbocado. En sólo tres meses, la EPA constata que el número de personas desempleadas ha crecido en un 24% respecto al trimestre anterior, conformando las mujeres y la juventud los colectivos más afectados. La tasa de desempleo entre los menores de 25 años se sitúa en una tasa del 25%, índice que alcanza cotas aún más elevadas entre las personas que no llegan a los 20 años. En este sector, el 50% de la población activa está en paro.

ELA denunció el fuerte ritmo de destrucción de empleo, que en el primer trimestre se ha cobrado 38.500 puestos de trabajo. «Suponen ya más de la mitad de los destruidos en 2008 y, así, se han perdido 428 puestos de trabajo al día en Hego Euskal Herria».

De esa actuación se deriva el aumento de la tasa de paro, que se eleva al 10,35%, «de forma que la tasa de paro ha duplicado la registrada hace un año». Subrayó que son razones «más que de sobra para decir basta a esta y otras situaciones y salir a la calle en la huelga general del 21 de mayo».

Advirtió que la tasa de desempleo «está creciendo 4 veces más en Hego Euskal Herria que en la Unión Europea, a pesar de que la evolución de la economía en la UE está siendo peor que aquí».

Elevada temporalidad

En opinión del sindicato dirigido por Adolfo Muñoz, «la elevada temporalidad del empleo de Hegoalde es sin duda un hecho que favorece la destrucción de empleo, lo que a su vez contribuye a que las rentas de trabajo sigan perdiendo participación en la distribución de la renta».

A la vista de los datos, LAB subrayó que «es la clase trabajadora la que está sufriendo la crisis». Contrapuso, así, que mien- tras la patronal habla «de descenso de beneficios, nosotros y nosotras sufrimos la sangría de la destrucción de empleo».

Destacó, además, que también ha descendido la tasa de población activa en Hego Euskal Herria, un fenómeno que es «reflejo de la dificultad y frustración de la sociedad para acceder al mercado laboral».

El sindicato abertzale precisó, además, que también en este epígrafe el género es determinante. «Entre las mujeres el descenso de dicho índice nos sitúa ante una tasa de actividad de en torno al 50% frente al 66% entre los hombres; es otro dato representativo de la discriminación sufrida por mujeres», denunció.

CCOO de Euskadi consideró que la situación es «muy grave» ante unas cifras de desempleo «escandalosas». Su secretario general, Unai Sordo, señaló que «no basta con poner paños calientes» y reclamó un refuerzo de las redes de protección social y de desempleo, «para evitar que estas personas caigan en situaciones de exclusión social», así como medidas de activación de la economía, «que no pueden demorarse más».

Sordo se dirigió al nuevo Gobierno que se constituirá en Lakua y manifestó que «la lucha contra el paro y la crisis económica deben ser la primera prioridad del nuevo Ejecutivo».

UGT de Euskadi, por su parte, pidió la puesta en marcha de medidas de inversión pública que «contribuyan a dinamizar más la actividad económica, generen empleo y contribuyan a recuperar la confianza en el sistema».

El secretario de Formación y Empleo de UGT-Euskadi, Felipe García, consideró que «es necesario una mayor colaboración entre las distintas instituciones, Gobierno vasco, central, diputaciones y ayuntamientos, independientemente del color político de los gobiernos».

«Peor de lo esperado»

En el Estado español, el número de personas paradas se eleva a 4.010.700, la mayor cifra de la historia, y la tasa de paro se sitúa en el 17,36%, superior en 1,46 puntos a la previsión del Gobierno español para todo el año.

Además, según datos de la EPA, entre enero y marzo se destruyeron 766.000 empleos, la mayor cifra en 32 años, lo que situó el número de ocupados en 19.090.800.

El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que reconocer la gravedad y la profundidad de la crisis e insistió en que «no escatimará esfuerzos» para garantizar «la protección de los desempleados», en palabras de su vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que no quiso hacer vaticinios, «y menos apocalípticos», sobre la cifra de parados.

La gravedad de los datos hizo que la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, compareciese en la rueda de prensa que estaba previsto que ofreciera el secretario de Estado de Economía, David Vegara, en la que reconoció que las cifras son «peores de lo esperado», aunque aseguró que a partir de abril habrá una inflexión «clara» y «una desaceleración» del aumento del paro, algo que otros miembros del Ejecutivo ya habían apuntado ante datos de meses anteriores.

Según la EPA, el paro subió en 802.800 personas en el trimestre y en más de 1,8 millones en un año, al tiempo que se perdieron 766.000 empleos entre enero y marzo, y más de 1,3 millones en doce meses.

La CEOE aprovechó los datos para insistir en su demanda de una nueva reforma laboral. La patronal española, que entre otros aspectos plantea contratos con una indemnización por despido de ocho días, aseguró que no es momento de «descalificaciones», sino de estudiar propuestas. Pidió a los sindicatos que sean «conscientes de la gravedad del momento» y aseguró que su propuesta de reforma laboral «no busca abaratar el despido, ni que sea libre, sino que persigue mejorar los contratos temporales y convertirlos en fijos de una forma asumible para los empresarios, respetando siempre los derechos adquiridos por los contratos ya vigentes».