Las autoridades sanitarias mundiales encendieron ayer todas las alarmas después de que se detectasen en México varios cientos de casos de gripe porcina en humanos. El Gobierno mexicano lanzó una campaña masiva de vacunación ante la evidencia de que existían sesenta muertes sospechosas y una decena más en California (EEUU).

Los muertos confirmados por la peste porcina en México eran oficialmente, al cierre de esta edición, 20, aunque había más de 40 casos sospechosos más, por lo que esta cifra podría incrementarse en las próximas horas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de que los 60 casos de muertes sospechosos debido a la peste porcina se han registrado en las últimas semanas.

Las autoridades de México anunciaron que pondrán en marcha una amplia campaña de vacunación y aconsejaron a la población de la capital que evitase el uso del metro, que no abrazase a la gente y que no diera la mano para saludar.

Todos los colegios, institutos y universidades públicas y privadas fueron clausuradas en la capital y en el circundante estado de México.

El aeropuerto de la capital permanecía ayer abierto, pero equipos médicos especiales se desplazaron allí para ocuparse de los pasajeros con síntomas de haberse infectado.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, y el alcalde del D.F., Marcelo Ebrard, suspendieron sus actividades programadas para dedicarse completamente al examen de la situación de emergencia con las autoridades sanitarias.

«Vamos a lanzar una campaña masiva de vacunación», declaró Armando Ahued, responsable de salud en el Ayuntamiento de la capital. Según los servicios sanitarios municipales, existen 943 personas que podrían haber sido infectados.

«Este nuevo virus es sensible a un antivirus específico, lo que permite tratar perfectamente los casos detectados e identificados, y nuestro Ministerio dispone de una dotación muy importante para asegurar el tratamiento de las enfermedades», explicó Ahued.

Los primeros signos de la epidemia de peste porcina fueron detectados en México en marzo, registrándose un pico de afectados en abril. «Los enfermos son generalmente adultos que no sufrian previamente dolencias conocidas», indicó un portavoz de la OMS.

Esta organización teme que un nuevo rebrote de la peste porcina produzca una pandemia, por lo que activó su centro de operaciones para atender a los afectados y centralizar las operaciones.