El artista estadounidense Richard Serra fue investido ayer Doctor Honoris Causa por la Universidad Pública de Navarra, «por sus méritos relevantes en el campo de las Artes». En el acto, Serra manifestó que «si no llega a ser por la universidad nunca me hubiese convertido en escultor. Desafiaron mi profunda curiosidad y me estimularon con la idea de que era posible hacer una contribución a la cultura que todos compartimos».

El director de la Cátedra Jorge Oteiza, Calvo Serraler, fue el encargado de pronunciar la laudatio, en la que elogió la figura de Serra, asegurando que el estadounidense es «uno de los artistas más importantes de nuestra revolucionaria época contemporánea y el más relevante escultor de vanguardia en activo».

Según explicó, las esculturas de Serra «no son jamás un adorno, ni un complemento, ni siquiera algo que simplemente dialoga con el ámbito donde se ubica, sino que son una perturbación». Sus obras «reclaman dramáticamente nuestra atención, pero no para que nos quedemos extasiados ante ellas, sino, justo lo contrario, para que nos movamos con ellas y para que este movimiento nos transforme».

Serra destacó que «encontró un alma gemela en Jorge Oteiza», y dijo que «la intensa soledad» que manifiesta el de Orio en sus obras, «conecta con un carácter existencial remoto que reconozco en mí mismo». Su relación con Oteiza se encuentra en que ambos tratan el material y el espacio de un modo similar. «Su investigación en el espacio con relación a la forma me ha potenciado a mí y a toda la historia de la escultura».