Cambio de Gobierno en Lakua
Ibarretxe cierra el ciclo del tripartito satisfecho y sin reproches al PSOE
Tras diez años en el cargo, Juan José Ibarretxe celebró ayer el último Consejo de Gobierno del tripartito, que ha sido su apuesta. Quiso despedirse junto a EA y EB, pero sobre todo sin una mala palabra para el PSOE, pese a que perderá el cargo por efecto de su Ley de Partidos. Tras obviar este hecho, Ibarretxe dijo estar «orgulloso» de su labor por el derecho a decidir y de iniciativas como el Nuevo Estatuto y la Ley de Consulta.
Ramón SOLA |
Juan José Ibarretxe se despidió en una rueda de prensa cargada de sonrisas. Nadie diría que va a ser apartado el martes por efecto de la ilegalización de la izquierda abertzale. A su lado, Javier Madrazo también sonreía con aspecto emocionado, justo al mismo tiempo, en una rueda de prensa en Bilbo, se confirmaba la escisión de EB. Joseba Azkarraga, de EA, mostraba un serio mucho más adusto. Fue la última comparecencia pública del tripartito que ha gobernado Lakua durante los últimos diez años, con Ibarretxe al frente.
El lehendakari en funciones optó por despedirse con esta fórmula pese a que el presidente de su partido, Iñigo Urkullu, ha expresado en un libro su malestar por la omnipresencia del denominado Consejo Político. Ibarretxe lo prefirió a otras posibilidades, como comparecer en solitario o hacerlo con el Ejecutivo al completo. Quiso reflejar así que su gobierno ha sido el de tres partidos.
Si alguien esperaba algún reproche para el PSOE, que ha optado por tomar Ajuria Enea rechazando la oferta de pacto del PNV, se equivocó. Todo fueron buenas palabras. Cuando se le preguntó por el tema, Ibarretxe se mostró especialmente escueto: «Este pueblo sigue siendo mayoritariamente abertzale», se limitó a decir. Añadió que Miguel Sanz, presidente navarro, reconoce que el cambio de gobierno procede de una decisión judicial. Nada más. Tampoco entró al trapo al pedírsele una valoración del futuro ejecutivo: «No estoy aquí para hablar de un gobierno que aún no tiene actividad».
Evidentemente, tampoco iba a dar pistas sobre su futuro personal. Replicó que no tocaba hablar de eso ayer. De momento, el martes defenderá su candidatura a lehendakari, aun a sabiendas de que no tiene opciones de prosperar. A partir de ahí, ya se verá. De entrada, nadie en el PNV garantiza que Ibarretxe vaya a asumir un papel tan extraño como el de líder de la oposición después de una década como lehendakari. Cuando se les pregunta, los dirigentes jeltzales utilizan una misma respuesta: «El jefe del PNV será el PNV».
«Mojones democráticos»
Al margen de estas cuestiones que centraban el interés de la comparecencia, el lehendakari dedicó la última rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno para reivindicar su gestión. Y lo hizo poniendo énfasis en «la defensa de la identidad vasca y del derecho a decidir».
Detalló, en este contexto, las dos iniciativas que han marcado sus dos últimas legislaturas: el llamado Nuevo Estatuto -impulsado tras su reelección en 2001 y vetado por el Congreso de los Diputados- y la Ley de Consulta -promovida tras la tercera victoria electoral en 2005 y que no se celebró al acatarse el veto del Tribunal Constitucional español-. Pese a que ninguna de las dos se ha materializado, se refirió a ambas como «mojones democráticos» y auguró que algún día serán recuperadas para «edificar las soluciones».
Sin perder la sonrisa en ningún momento, el todavía inquilino de Ajuria Enea aseguró que «hemos hecho todo por un país que llevamos en la cabeza y en el corazón. Tenemos una gente maravillosa».
También se mostró orgulloso y agradecido a sus compañeros del tripartito, y quiso escenificarlo con un abrazo sentido a Javier Madrazo y a Joseba Azkarraga. «En nuestra mochila hu- mana no llevamos piedras, se ha forjado una amistad que va a durar toda la vida», prometió.
El segundo logro del que se siente satisfecho se deriva de la situación económica. Se congratuló de que con su gestión la CAV ha sido «la última en entrar en la crisis», y prevé que también será la primera en salir. «Pero cuidado, estar mejor no debe ser un consuelo. Pero si se hacen las cosas bien, este país saldrá en el pelotón de cabeza», auguró.
Introdujo, además, la aclaración de que tras las elecciones del 1 de marzo el tripartito ha seguido trabajando a tope y «con ilusión hasta el último día». Quiso destacar que en su trayectoria han logrado acuerdos puntuales con todos los partidos, desde la izquierda abertzale hasta el PP. También saludaron que la fórmula del tripartito ha dado la posibilidad de «confrontar ideas» y «gobernar entre diferentes» durante casi una década.
Antes de despedirse en el mismo tono de cordialidad, Ibarretxe eludió entrar en otras polémicas puestas de manifiesto en las preguntas de los periodistas. Así, echó balones fuera en un par de cuestiones relativas a ETA, y a las relaciones PNV-PSOE, tras el último comunicado en el que amenazaba al futuro gobierno de López. Aseguró que la comunicación mantenida a nivel policial ha sido correcta y que hay que hablar poco de estos temas.
Ibarretxe se extendió en agradecimientos: a sus compañeros del tripartito, a quienes abrazó con emoción; a la sociedad vasca, «cuyo cariño hemos sentido y sentimos»; e incluso a los periodistas («ha sido un gran honor»).
La voz de la conciencia crítica con el acceso de Patxi López a Lehendakaritza está siendo curiosamente la del presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz. Ayer reiteró que se encuentra plenamente satisfecho por este relevo, pero que no hay que olvidar que «ese cambio democrático de representación popular no ha conllevado un cambio sociológico en la CAV». Por contra, al mismo tiempo desde el PP Leopoldo Barreda prefería remarcar que «evidentemente, los vascos hemos decidido en las urnas una nueva mayoría. Por eso nosotros, respetando esa opinión de los vascos, impulsamos un nuevo gobierno. Y esa nueva mayoría ha enviado a Ibarretxe a la oposición».
Sanz expuso sus tesis en una entrevista a Radio Euskadi, en la que alertó no sólo de que falta lograr esa «mayoría sociológica», sino de que la izquierda abertzale sigue teniendo mucha fuerza, pese a que en sectores políticos y mediáticos españoles se ha puesto gran interés en despreciar los 100.000 votos nulos del 1-M. En opinión del ex presidente de UPN, «hay que ser conscientes de que existe un colectivo muy importante que ha seguido a rajatabla las instrucciones de ETA y se ha abstenido [sic] en las pasadas elecciones autonómicas: esto no hay que olvidarlo a la hora de lanzar las campanas al vuelo».
El mandatario navarro sorprendió además al afirmar que ha mantenido una relación «francamente buena» con Ibarretxe. Aseguró, eso sí, que con Patxi López «se eliminarán las interferencias».
Tras la despedida del tripartito, todo se ultima ya para el debate de investidura del martes. Hoy se registrarán las candidaturas de Patxi López y Juan José Ibarretxe; se encargarán de ello José Antonio Pastor y Joseba Egibar, respectivamente.