Iñaki VIGOR

El representante legal de Del Burgo mantuvo la petición de cárcel para Piru Zabaltza en el juicio que se llevó a cabo ayer en el Palacio de Justicia de Iruñea. Por su parte, la abogada defensora de este miembro de la izquierda abertzale pidió su absolución, tras exponer que fue un acto político y que expresó «el sentir de una parte importante de la ciudadanía navarra».

La querella de Del Burgo llegó tras la manifestación realizada en Iruñea el 12 de octubre de 2006 bajo el lema «Atzoko eta gaurko faxisten aurrean, autodeterminazioa». Al término del acto, junto al Monumento a los Caídos, intervinieron Marilen Zarraluki y Piru Zabaltza para hacer una valoración política, en euskara y castellano. En la edición de GARA del día siguiente se informó de dichas intervenciones, en las que se referían a Del Burgo como «chorizo que en cuanto tuvo cargo se dio prisa por meter la mano en el cajón». En esta cita se basó el dirigente derechista para presentar la querella contra Piru Zabaltza, para quien pide un año de prisión o multa de doce meses por un supuesto delito de calumnias. De forma subsidiaria, pide una multa de once meses por «un delito de injurias graves».

«Se transmitió una opinión»

En su declaración, Piru Zabaltza dijo que no recordaba si la frase motivo de la querella la había pronunciado tal cual, que no pretendió imputar ningún delito a Del Burgo y que se refirió a él como uno de los primeros impulsores del marco jurídico-político que existe hoy en día.

El único testigo de este caso, el periodista de GARA Martxelo Díaz, declaró que las intervenciones de Zarraluki y Zabaltza, en euskara y castellano, habían sido «similares en el fondo» y que no podía precisar si la frase detonante de la querella la había pronunciado este último.

En sus conclusiones finales, el representante de Del Burgo expuso que las palabras supuestamente pronunciadas por Piru Zabaltza en aquel acto del 12 de octubre de 2006 «excede lo que es la crítica política», por cuanto «imputa una actuación delictiva» a Del Burgo.

Por su parte, la abogada defensora, Arantxa Izurdiaga, constató que no había quedado acreditado que Zabaltza pronunciase aquella frase y que, en todo caso, «no tiene la entidad suficiente» como para imputarle calumnias o injurias.

En este sentido, recordó que para que exista un delito de calumnia «es imprescindible que se atribuyan hechos específicos y determinados, y en este caso no se hizo, sino que fueron expresiones genéricas y populares». En cuanto a las supuestas injurias, recordó que en aquel acto «se transmitió una opinión pública» y que «no se ha acreditado perjuicio ni daño moral» a Jaime Ignacio Del Burgo.