La actividad congresual y cultural del Centro Kursaal de Donostia ha supuesto, desde su inauguración hace una década, un impacto económico en Gipuzkoa de diez veces su inversión inicial, al contribuir con 610 millones de euros a su PIB, sostener un millar de empleos y haber abonado en impuestos casi 60 millones. Así lo aseguró ayer su director gerente, Iker Goikoetxea, durante el balance del décimo aniversario de esta emblemática infraestructura donostiarra, en el que participaron su presidente y diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y el delegado de Cultura del Ayuntamiento donostiarra y futuro nuevo vicelehendakari de Política Lingüística, Ramón Etxezarretal.

Ambos coincidieron en calificar de «excepcionalmente positivos» los resultados económicos y sociales de los diez años de funcionamiento del edificio polivalente y multidisciplinar que albergan los cubos que diseñó el arquitecto Rafael Moneo. Entre los «hitos» que han contribuido a su «destacada posición competitiva» destacan, según sus responsables, la consecución del premio Mejor Edificio de Europa (Mies van der Rohe) en 2001, su ubicación entre los cinco mejores palacios de congresos del mundo en el ránking de la asociación AIPC o la obtención en 2005 de la Q de Plata a la Excelencia en la Gestión. «La creciente facturación y la autofinanciación desde su primer año de vida» son consecuencia, según el balance presentado, de su alto nivel de actividad, que superó los 300 eventos ya en 2003, así como su tasa de ocupación, que alcanza más del 90% desde 2004.

Para celebrar el aniversario ha sido organizada una gala, el 25 de junio, en la que intervendrán la Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, junto a Ainhoa Arteta y Benito Lertxundi. También habrá un festival titulado Kursaaldia los días 26 al 28 de junio.