Ahora se trata de bautizar a este brote de gripe. Lo de porcina no gusta a los ganaderos. Si se dice mexicana, se crea un agravio comparativo porque parece ser que todo nació en los EE.UU. Unos recomiendan llamarle «nueva» y otros «americana». En esas nos entretenemos Sancho. Porque todo está controlado, los medicamentos que se compraron hace cuatro años sirven perfectamente para lo que ahora causa esta alarma, los afectados salen de los hospitales occidentales tan panchos, el contagio solamente se produce en algunas condiciones no explicitadas y los desenlaces mortales se reducen, hasta este momento, a México.

No obstante unos países suspenden las comunicaciones aéreas con los aeropuertos mexicanos, cada hora que pasa se nos informa de nuevos casos en diferentes lugares de la tierra y suenan a la vez las palabras pandemia y control, por lo que esta sensación de que todo está revuelto no aparece en la carta, ni tiene protocolo, simplemente funciona a golpes de oleadas informativas, de informes, de análisis de laboratorios, filtraciones y de dosificación del miedo y la alarma.

La crisis económica va ocupando menos espacio informativo que los traseros bendecidos, cuando hay fútbol televisado de cierta categoría se produce un cortocircuito general y muchos programas coincidentes en su horario logran los mínimos de audiencia, y el pasado martes el partido de la Champions se aproximó al cincuenta por ciento de share, un máximo del año, una circunstancia que hay que volver a colocar como parte del análisis del comportamiento de las audiencias.

Hablando de audiencias, los concursos siguen mantenido cifras de aceptación bastante considerables. Desde el desquiciado «Date el bote» en ETB-2, hasta «Pasapalabra» en Tele 5, pasando por «La ruleta de la fortuna» en Antena3. Un clásico del género es Jordi Hurtado, al que se le ha levantado la leyenda de que no existe porque no ha envejecido y nunca comparte plano con nadie, y su «Saber y ganar» que continúa siendo el programa más visto de La 2. Todo revuelto, pero muchos argumentos para comprender el gusto de una parte de quienes pasan el rato delante de la televisión.