El ministro español de Fomento, José Blanco, anunció ayer en Madrid que ha cursado indicaciones a Aena para agilizar el estudio de la alternativa técnica más adecuada para garantizar la operatividad del aeropuerto de Hondarribia, limitada actualmente porque su escasa longitud imposibilita cumplir la normativa europea sobre franjas de seguridad en los extremos de la pista. La iniciativa de Blanco es sólo un paso más en el largo proceso de la polémica ampliación del aeródromo guipuzcoano, que lleva años enfrentando a las diferentes instituciones implicadas.

El diputado del PNV Joseba Beloki manifestó ayer que la historia de la ampliación está llena de «dudas, incertidumbre y enorme confusión», utilizando el argumento para criticar al Gobierno por desarrollar el estudio al margen de las instituciones locales. Sin embargo, cabe añadir que esas dudas, esa incertidumbre y esa confusión van más allá de la mayor o menor sintonía institucional y afecta directamente al corazón del proyecto. Habida cuenta del descenso de pasajeros por la crisis y de la agresiva apuesta por el TAV, ¿es necesaria una ampliación con evidentes afecciones sociales y ecológicas?