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INSURGENTE Manuel F. Trillo 2009/5/1

1 de mayo: cuatro millones a la cárcel

(...) Hoy, en 2009, los jóvenes desconocen por qué el 1º de Mayo es fiesta para todos. No es cuestión de explicar qué es lo que se conmemora, sino de reflexionar sobre un día que fue perseguido, ocultado, menospreciado, difamado. Hoy este día se ha incluido en el santoral de los sindicatos obedientes, pues basta con observar lo que dicen las castas de liberados sindicalistas, para saber que nada te protegerá como trabajador, que tendrás un abogado si has pagado la cuota sindical, pero que nada harán para descabalgar al sistema capitalista. (...)

El 1 de Mayo es la fecha en que son ahorcados los dirigentes de las huelgas de Chicago. ¿Cuántos de los dirigentes sindicales que tan ufanos salen a la calle en este día estarían dispuestos -ya no a ser ahorcado, pues hoy día no se estila- sino a ser apresados porque vinieren a defender radicalmente los derechos de los trabajadores?. ¿Cuántos de los que se dicen comunistas y revolucionarios están dispuestos a voltear el sistema desde sus cimientos a las torres en que se reúnen los consejos de administración de la gran banca -la gran banda de usureros- y de las grandes empresas que en tiempos de crisis aún siguen obteniendo beneficios? (...)

Cuatro millones de trabajadores están en paro -sospecho que son más, pero me quedo en los cuatro que afirman los voceros del bloque dominante- y (...) todos están conformes, pues el inconformista, el rebelde, el que no soporta tanta indignidad sobre su persona busca el modo de superar tal situación, y he de decir que a ese sólo le queda la cárcel. ¿Qué ocurriría si de los cuatro millones solamente 100.000 tuvieran los arrestos suficientes para levantarse contra el sistema? Otros 200.000 se sumarían, las cárceles estarían llenas de obreros rebeldes porque querrían dar comida a sus hijos (...). No habría Estado que soportara que medio millón de trabajadores estuvieran presos por llevarse alimentos de primera necesidad, por ocupar las casas de las que han sido desahuciados; por quemar los coches que les incautan por morosos. (...)

De momento, a la cárcel en este Estado español sólo van los acusados de ser «el corazón y las entrañas» de ETA, aunque no hayan cometido un delito en su vida; ellos sí van a la cárcel para muchos años, sin embargo los trabajadores que dicen ser revolucionarios se arrugan cuando ven aparecer el uniforme de la Guardia Civil, y por eso prefieren vivir un sin vivir indigno, a ser sujetos de transformación en estos tiempos en que ya no queda más que levantarse contra lo que te humilla.

Todos juntos a la cárcel, los cuatro millones, ¿qué haría el sistema?, ¿te lo imaginas?

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