Georgia da por sofocado un motín en vísperas de las maniobras de la OTAN
Escasas horas antes de que la OTAN dé inicio a un mes de ejercicios militares en su suelo y coincidiendo con las protestas diarias de la oposición, Georgia daba por desbaratado un intento de golpe de estado y un motín de un batallón de blindados tras los que no dudó en denunciar la mano de Moscú. Rusia ha calificado de provocación estas maniobras militares meses después del último estallido bélico en el Cáucaso por el control del territorio de Osetia del Sur.GARA |
El Gobierno de Georgia anunció ayer haber desbaratado un intento de golpe de estado y un motín en el seno del Ejército en vísperas del inicio hoy de unas maniobras militares de la OTAN en esta república caucásica.
Tras varias horas de confusión, el Ministerio de Interior dio por sofocado el motín de un batallón de blindados en Mujrovani, a 300 kilómetros al este de la capital, Tbilissi. Fuentes oficiales aseguraron que la mayoría de los amotinados se rindieron tras negociaciones. No obstante, no ofrecieron dato alguno de la magnitud del motín ni de sus reivindicaciones.
El ministro de Defensa, David Sujarulidze, aseguró que la sublevación militar comenzó después de que, a primera hora de la mañana, se hubiera desarticulado un complot para preparar un golpe de Estado.
En una comparecencia televisiva, el presidente georgiano, Mijail Saakachvili, anunció que «la situación está bajo control. La calma y el orden reinan en todas las unidades militares».
Saakachvili aseguró que «el plan consistía en organizar un motín a gran escala en Tbilissi contra la soberanía de Georgia y contra la integración europea y euroatlántica» del Gobierno. Pese a no acusar directamente a Moscú, instó «al vecino del norte a evitar provocaciones».
«Asesinar al presidente»
Un portavoz de Interior fue más contundente. «Disponemos de informaciones según las cuáles los rebeldes estaban en contacto directo con los rusos, de los que recibían órdenes y dinero», señaló Chota Utiachvili, que añadió que el plan incluía «asesinar al presidente».
«El plan estaba coordinado por Rusia para, como mínimo perturbar los ejercicios militares de la OTAN y como máximo organizar una rebelión militar de gran amplitud en Georgia».
El viceministro ruso de Exteriores, Grigori Karassine, aseguró que estas acusaciones «evidencian la imaginación enfermiza y el comportamiento irresponsable de la dirección georgiana».
Una fuente del Kremlin aconsejó a Saakachvili «que vaya cuanto antes al médico».
Rusia lleva semanas exigiendo la anulación de los ejercicios militares que desde hoy hasta el 1 de junio llevará a cabo la OTAN en suelo georgiano.
El anuncio de Tbilissi sobre el abortado motín coincide con un repunte de la crisis política en el país, con manifestaciones diarias desde hace un mes de la oposición, que exige la dimisión de Saakachvili por su gestión del conflicto de agosto del año pasado con Rusia.
Tropas georgianas invadieron el enclave independentista de Osetia del Sur, a lo que Rusia respondió con una ofensiva tras la que Tbilissi perdió, de forma definitiva, cualquier expectativa de retomar el control de este enclave y el de Abjasia, absorbidos de facto y de iure por Moscú.
El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, no acudirá a la reunión del Consejo OTAN-Rusia a celebrar este mes como protesta por la expulsión de dos diplomáticos rusos acusados de espionaje en la Alianza militar.
Armenia, principal aliado de Rusia en la región, anunció que no participará en las maniobras militares, a las que había sido invitada dentro del programa de Asociación por la Paz de la OTAN.
Estabilizar Georgia, Ucrania y Moldavia sin entreabrirles las puertas de la UE o sin agitar a Moscú. Es el juego de equilibrios del partenariado oriental que lanzarán mañana desde Praga los dirigentes comunitarios junto con seis antiguas repúblicas soviéticas.
La Presidencia checa, muy debilitada por su crisis política, no ha convencido a todos sus socios sobre la importancia de esta iniciativa, que incluye a Azerbaiyán, Armenia y Bielorrusia. Sólo la Alemania de Angela Merkel se ha sumado a este plan, rechazado por París y Londres y liderado por Suecia y Polonia. Sarkozy y Brown ya han anunciado su ausencia en la cita.
Algunos países concernidos también andan con pies de plomo. Bielorrusia y Moldavia enviarán a sus respectivos viceprimeros ministros, lo que contrasta con Ucrania, que enviará a su presidente, Victor Yushenko, y a la primera ministra, Julia Timoshenko, modelo de bicefalia en un país acogotado por la crisis económica y política.
Rusia ha acusado a la UE de intentar ampliar «su esfera de influencia» con este proyecto, lo que intranquiliza a muchos dirigentes europeos.
No obstante, pesa también la negativa del núcleo duro de la Unión a debatir siquiera nuevas ampliaciones de la UE a estos países, situados entre la espada del gigante ruso y la pared de una UE noqueada.