Trabajadores de Camelot 97 acuden a pie hasta Bilbo para rechazar los despidos
Juanjo BASTERRA |
Los trabajadores de Camelot 97, empresa que pertenece al grupo Industrias Amaya Telleria, acudieron a pie desde Zornotza a la sede del Gobierno de Lakua en la Gran Vía de Bilbo para rechazar los once despidos y la amenaza de otras 33 rescisiones de contrato. Esta iniciativa del comité trató de llamar la atención contra la destrucción de empleo sin estar justificado y contra la amenaza de reducción de salarios y de derechos laborales.
La marcha de los trabajadores partió sobre las 7.30 de la mañana de la localidad vizcaina y llegó poco antes de las 12.30 a la sede del Gobierno autonómico. Marieli Urriolabeitia, responsable de LAB en Durangaldea, explicó a GARA que «los trabajadores de Zornotza se encuentran en huelga desde el pasado 27 de abril, desde hace casi dos semanas, porque rechazan los once despidos que se han producido y otros 33 más con que nos ha amenazado la dirección».
La representante de la central abertzale señaló que «no sobran trabajadores, lo que sobran en este país son muchos ladrones que tienen los bolsillos llenos y pretenden que seamos los trabajadores los que paguemos la crisis económica que ellos han generado». También criticó el papel de los abogados que están intermediando en este conflicto «porque se aprovechan del conflicto para hacerse de oro, mientras muchas familias atraviesan un drama muy importante».
Urriolabeitia expresó también que otros centros del grupo Industria Amaya Telleria de Ermua han iniciado paros indefinidos de una hora de duración y que a partir de la próxima semana serán de dos horas. «Vamos a recrudecer las protestas, porque no se puede admitir esa situación».
Según explicó la responsable de LAB en la zona de Durangaldea, «exigimos el mantenimiento de todos los puestos», y adelantó que «hemos planteado alternativas directas para evitar el drama de los despidos», pero criticó que «no nos dan soluciones».
Las alternativa, a su juicio, pasan por bajas incentivadas voluntarias, bajas temporales, excedencias, reducciones de jornada... «que los trabajadores estamos dispuestos a llevar adelante, porque son factibles. Llevamos cinco meses presentando alternativas, pero encontramos la cerrazón por respuesta. No vamos a consentir que se destruya el empleo así por así», precisó.