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Panorama editorial de las artes escénicas

La lucha contra lo efímero

Los textos teatrales, al igual que las palabras, se los lleva el viento. Empeñadas en la lucha contra la naturaleza efímera de las artes escénicas, se encuentran iniciativas como Artezblai o los Premios de Teatro Serantes. Su labor pretende, y consigue, evitar que un texto teatral empiece y acabe encima del escenario. Como muestra, los libros.

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Itziar AMESTOY | GASTEIZ

Un texto teatral nace en la inspiración de una pluma, florece encima de un escenario y acaba su ciclo cuando baja el telón. Aun así, siempre hay textos que no siguen esta corriente. Aquellos escritos que, para pena de su creador, nunca llegan a escenificarse. O aquellos otros que, además de tener vida escénica, perduran en el tiempo cobijados en un libro. Conscientes de la importancia de que las palabras perduren, Serantes Kultur Aretoa organiza cada año un Premio de Teatro y publica los trabajos ganadores. Desde Artezblai, además, se suceden las iniciativas para extender el conocimiento relacionado con las artes escénicas.

Ambas asociaciones unen esfuerzos para la publicación de los trabajos ganadores del Premio de Teatro Serantes. Recientemente, han salido al mercado los tres títulos de este año: «Love», de Josu Montero -columnistas también de nuestras páginas de Eszenak-; «La caja Pilcik», de Carlos Be; y «Armiarmategian (isil-mihisilka)», de Pablo Barrio. El certamen ha llegado a su novena edición y se supone que cada año debe tener un único ganador. Su «gusto por apoyar al teatro» y la dificultad del jurado por descartar buenos textos obstaculizan la decisión. Así lo admite el director del Serantes Kultura Aretoa (SKA), Carlos Moáan. Los culpables, los miembros del jurado, «que nos vuelven locos», ironiza. El hecho es que la iniciativa va más allá de nombrar un ganador y acaba aportando hasta tres títulos por edición.

Este certamen tiene como claro antecedente otro concurso de finales de los 80 de escritura teatral breve. Cuando se retomó en el año 2000, se amplió a todo tipo de textos, pero le añadieron «una guinda». Y esta guinda fue precisamente que el texto fuera publicado posteriormente. Pero el trabajo de SKA no acaba aquí. Posteriormente colaboran en la producción de los textos para que «lleguen a lo que a todo el mundo le parece más importante de un texto teatral: que sea representado». Así, nombrado los ganadores distribuyen la obra entre las productoras de Euskal Herria y del Estado. Si reciben alguna propuesta de una compañía, se lanzan a la coproducción con la condición de que sea estrenado en el marco del veterano Festival de Teatro de Santurtzi, hecho que supone un honor, por otra parte, para las propias compañías.

Y si en la producción trabajan con alguna compañía, para la publicación del libro se unen a Artezblai. «Se trata de buscar sinergias», comenta Carlos Morán, que explica que empezaron editándolos ellos mismos pero optaron por la colaboración con toda una entidad como lo es Artezblai. De momento, el trabajo conjunto de ambos se ha traducido en tres nuevos libros. Ahora toca esperar a ver si pueden ser escenificados. Morán se muestra con muy buenas expectativas y admite que «el teléfono no para de sonar». Aplaude el trabajo del jurado que, «aunque con toda libertad», escogen trabajos susceptibles de ponerse en pie. Como miembro del jurado, Borja Relaño resalta la diferencias entre los tres textos premiados. Por encima, sin embargo, subraya la importancia de iniciativas como la de SKA, algo que, apunta, «admiten los propios escritores».

Relaño forma parte, asimismo, de Artezblai, una entidad cultural en torno a las artes escénicas que, desde Euskal Herria, se ha convertido en todo un referente a nivel estatal e incluso ha traspasado esas fronteras. Se estructura alrededor a la revista «Artez», el portal de Internet, la editorial y la librería, aunque en su marco no dejan de nacer iniciativas. Diagnosticando carencias en la comunicación del mundo escénico, nació la revista. Luego llegó la web www.artezblai.com, que no ha dejado de actualizarse desde su creación, hace ahora una década. Como complemento, desde la asociación impulsaron después la editorial. «En un principio se centraba en libros de texto de Euskal Herria, pero luego se amplió a la literatura dramática, porque de lo que se hacía en nuestros escenarios no quedaba nada para el futuro», afirma Relaño.

Fue la propia corriente de la editorial la que impulsó el nacimiento de la librería. «A nivel estatal, hay muy pocas que tengan textos teatrales; basta con ir a cualquier librería y, como mucho, encontraras una estantería, y contento», describe. Pero como oasis en este desierto, ellos hicieron realidad Yorick, una librería especializada en este tipo de libros. Aunque nació en Internet, cuando la entidad cultural se trasladó a Bilbo desde Elorrio abrieron un lugar físico. «Una alimenta a la otra». En el local de la bilbaina calle Aretxaga, reciben visitas de todo tipo, desde profesionales en busca de un título concreto hasta aficionados. Relaño incide especialmente en la labor de estos grupos amateurs que, aunque poco visibles a nivel mediático, realizan «una profunda labor». Tal y como asegura, muchas veces les ocurre que alguien acuda en búsqueda de un texto que fue escenificado, pero que no ha sido publicado. En estos casos, a echar mano de la agenda de contactos, con resultados dispares.

Poniendo la vista atrás, Artezblai ha tenido importantes aportaciones a las artes escénicas. Pero no se detienen. Entre manos ya tienen nuevos proyectos. Uno de ellos es el Premio Internacional de Investigación sobre las Artes Escénicas. La intención es dar un lugar también a los pensamientos y teorías, más encaminado a profesionales. Actualmente está abierto el plazo de presentación de trabajos para la segunda edición y sus responsables han editado el trabajo ganador del año anterior. «El Arte del Actor en el Siglo XX. Un recorrido teórico y práctico por las vanguardias», del joven bilbaino Borja Ruiz, fue el ganador el año pasado. «Se trata de una investigación profunda, libre y útil que ha condensado las técnicas de actores de todo un siglo en 500 páginas». Este volumen ya está disponible en las librerías o en Yorick, al menos.

Otra de las ideas que se traen entre manos son los Cuadernos Escénicos de San Francisco. Se trata de monográficos en el que plumas reconocidas de las artes escénicas abordan un tema desde diferentes perspectivas. El primero se centró en las «Artes Escénicas y Migraciones». Pero aún quedan muchas ideas para nuevos ejemplares: el Teatro Laboratorio de Jerzy Grotowski, las reacciones entre «Conflictos bélicos y Artes Escénicas». Nuevos pasos en ese otro camino de las artes escénicas, el que perdura convertido en páginas.

Tres buenos textos esperan ser llevados a escena  

Los tres ganadores del premio de Teatro Serantes ya están editados. Ahora, tanto la asociación Serantes Kultur Aretoa como los escritores Josu Montero, Carlos Be y Pablo Barrio esperan que alguna compañía vea su potencial y apueste por escenificarlos. El miembro del jurado del certamen Borja Relaño señala que aunque con puntos de vista diferentes son textos «muy contemporáneos». De “Armiarmategian (isil-mihisilka)”, de Barrio, resalta que tiene una escritura muy viva y que le llamó la atención como texto en euskara. 
Describe “La caja Pilcik”, de Be, como un texto duro y profundo,  pero a la vez ágil para ser visto encima de un escenario. Por último, asegura que en “Love” Montero mantiene su línea, muy trabajada y reflejo de todo el conocimiento que el autor tiene de la realidad escénica. Carlos
Morán, director de SKA, resalta que son «textos con enjundia, nada facilones». Por su potencial para ser escenificados, confía que al menos alguno sea escogido. «No dudo que alguno sí se verá en escena»
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