Necati Ates reconoció ayer que marcar su primer gol con la camiseta txuri urdin fue un alivio para él, pero su felicidad no fue demasiada, ya que el tanto no sirvió para conseguir la victoria y porque se produjo después de la lesión del capitán Mikel Aranburu. Además, el delantero turco no escondió cierta decepción por su escaso bagaje goleador y por los pocos minutos que está teniendo, aunque respetó las decisiones de Juanma Lillo en todo momento.

«No es normal no marcar en tanto tiempo. Normalmente me ha podido costar una o dos semanas, pero luego he solido empezar a meter. Espero que ahora haya empezado la racha», señaló el ariete. «No estoy buscando excusas, pero para un delantero es importante el número de goles y también el número de minutos que ha jugado. Un gol para mí es poco», agregó.

Preguntado por si haber marcado le puede permitir jugar más minutos, compartiendo pareja atacante con Abreu, Necati no quiso pronunciarse y dejó la decisión en manos de Juanma Lillo. «Estoy preparado siempre para entrar a jugar. El gol ha sido un paso adelante, pero eso no quiere decir que si no marco no estoy preparado para jugar. El entrenador es Juanma y lucharé hasta el último segundo».

Su adaptación a la ciudad y al equipo ha sido perfecta y ya hay quien afirma que la Real estaría interesada en que siguiera en Donostia la próxima temporada. En este sentido, el jugador, que pertenece al Galatasaray, señaló que no tiene nada decidido y que ahora mismo sólo piensa en exprimir las opciones del equipo en subir a Primera.

Agradecido

Lo que sí quiso hacer el jugador realista es agradecer los múltiples gestos de cariño que recibe de una afición que ha estado volcada con él desde el primer minuto, a pesar de que sus números no han sido todo lo buenos que se esperaban. Necati expresó que en Donostia se siente «más querido» que en ningún otro equipo y lamentó no poder haber dedicado ningún gol más a una afición que, según el propio futbolista, «le adora».

Respecto a las opciones del equipo de subir, afirmó que deben luchar hasta el último segundo, ya que en el fútbol «se suelen dar muchas sorpresas».