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Partido de ida en la final de la EHF

El Itxako toca ya con la punta de los dedos la gloria de la final de la EHF

El polideportivo Lizarreria fue ayer testigo de uno de los días más felices en la historia del Itxako. Tras un emocionante partido, en el que triunfó la velocidad y la frescura de las locales, las navarras han conseguido un gran colchón de 8 goles, que deberán defender en la vuelta.

Koldo AKORDARREMENTERIA | LIZARRA

Faltaba una hora para que comenzase el encuentro y los aledaños del Lizarreria eran ya un hervidero. El ruido que salía desde las entrañas del polideportivo no hacía más que animar el cotarro en los exteriores, y las miles de camisetas amarillas que se repartieron para intensificar el ambiente eran una señal inequívoca de que el de ayer no era un partido cualquiera. «Esta vez no se nos puede escapar como el año pasado», comentaba un aficionado del Itxako en un claro ejercicio de memoria.

El partido comenzó a un ritmo frenético, con un juego loco, que no favorecía demasiado a las chicas de Ambros Martín. En el equipo visitante, Susann Müller, una de las jugadoras más peligrosas del Leipzig, se erigió como el hilo conductor de todas las acciones ofensivas de las alemanas; y cada jugada que pasaban por sus manos era un gol seguro contra el conjunto local.

El marcador estuvo igualado en los primeros 15 minutos, pero poco a poco la frescura del Itxako fue ganando terreno frente a un equipo, el teutón, que dependía demasiado de una jugadora. Silvia Navarro fue otra de las precursoras de la gran racha que encauzaron las locales. La portera del Itxako fue un muro que paró todas las embestidas de uno de los conjuntos más potentes del continente. Y esa gran armonía entre defensa y ataque produjo la primera gran renta para el descanso: (14-8).

Las de Lizarra siguieron siendo muy superiores en todos los aspectos del juego y escribieron un prático manual para todo aquel que desee aprender de este deporte. En ataque dieron verdaderas lecciones de cómo se puede atacar una portería, tanto a base de precisos contraataques, como con jugadas más largas y elaboradas. Si a eso sumamos el día de gloria que vivió Nely Carla, con 9 goles, el partido acabó siendo un paseo.

En el deporte no hay nada definitivo pero, sin querer hacer gala de un optimismo demasiado imprudente, nadie negará que 8 goles de ventaja suenan muy bien al oído, ¿no?.

Martín: «El año pasado perdimos por confiarnos»

Ambros Martín no es un entrenador al uso. El canario es un hombre cercano y charlatán que intenta complacer a todo aquel que le rodea, desde el periodista que le interroga, hasta el chaval que le quiere saludar. La primera pregunta iba acerca de sus sensaciones: «Nunca piensas que puedas ganar por esta renta tan buena. En principio nos conformábamos con ganar, pero al final ha sido así, y es lo que tenemos que defender». Sin embargo, detrás de su alegría había una gran sensación de desconfianza. «Esta diferencia puede llevarnos a engaño», decía con cierto gesto de preocupación. «El año pasado también lo teníamos en la mano. ¿Pero qué sucedió? Todo el mundo se confió: los aficionados, los periodistas, las jugadoras... y al final perdimos», continuaba. Pero también quiso poner su atención en un aspecto del equipo, un tema en el que «hemos mejorado mucho. El equipo ha mostrado una gran madurez fuera de casa». Y es que ayer era un gran día. «Lo primero es disfrutar del triunfo, aunque enseguida tendremos que pensar en la liga, que el jueves que viene nos jugamos todo contra el Elda», finalizó.

K. A.

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