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Derrota en Ipurua

Una muestra de impotencia como amarga despedida

La cuarta derrota consecutiva condena definitivamente a un Eibar al que ya no asisten ni las matemáticas.

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EIBAR 0

HÉRCULES 1

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Ni matemáticas, ni milagro. Ya no queda nada a lo que aferrarse. El Eibar agotó ayer su último cartucho, con una muestra de impotencia ante el Hércules, al que le bastó esperar y aprovechar su mejor ocasión para llevarse los tres puntos.

La cuarta derrota consecutiva de los azulgranas prolonga a once las jornadas en las que han sido incapaces de ganar. Más de dos meses en los que el equipo apenas ha sido capaz de sumar dos puntos. Una racha demoledora, que ha acabado con el Eibar en Segunda B. Todavía no es matemático, pero se puede considerar definitivo. Aún saldando con pleno las seis jornadas que restan -algo que a día de hoy parece impensable-, los azulgranas se quedarían en los 47, una cifra con la que parece imposible mantener la categoría.

Incluso el objetivo del que se habla desde que el destino empezó a parecer inamovible, acabar en la 19ª plaza -que podría tener premio, ante la severísima situación económica en la que se encuentran algunos equipos-, se ve complicadísimo. Todos los rivales pescan, con mayor o menor asiduidad, pero no lo hace el Eibar, cuyos números incluso han empeorado desde la llegada de Josu Uribe, un revulsivo que no ha sido tal.

Ayer, de hecho, se escucharon las primeras protestas de la temporada en Ipurua y el principal destinatario pareció ser el banquillo. Un síntoma inequívoco -pese a las derrotas, la actitud del equipo le había llegado a valer hasta ovaciones en las últimas citas en su estadio- del punto al que ha llegado el declive armero.

Lo peor es que en esta ocasión ni siquiera se puede hablar de un buen partido del Eibar. Tampoco es que fuera claramente inferior -una vez más- a su rival. Pero el Hércules era consciente de que ante este rival basta con esperar y tener un mínimo de efectividad y ese papel supo ejercerlo muy bien.

No hicieron lo propio los eibarreses con el suyo. Sí mantuvieron a raya al cuadro alicantino durante muchos minutos que, bien tapado Farinós, se limitó sin éxito a intentar explotar los balones largos. Peor fueron las cosas para los de Josu Uribe en la faceta ofensiva, que prácticamente se redujo a las acciones a balón parado y los disparos desde fuera del área.

El Eibar pareció algo más animado en la reanudación, pero se quedó sin aliento casi de inmediato. A los once minutos, el Hércules enlazaba su mejor jugada, saldada con un primer remate de Tote con buena respuesta de Zigor y el inmediato de Tuni que acabó con el balón en la portería.

Con su rival más comodo aún y la moral por los suelos, el Eibar estuvo desaparecido durante muchos minutos. Sólo en la recta final volvió a asomarse por el área visitante, pero su destino estaba, está, escrito.

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