El mensaje musical de El Vez (Robert López) queda distorsionado, en ocasiones, por su enorme vocación estética. Es un chuleta creído, sin duda, al que le gusta lucir palmo y vestimenta, pero que nadie se engañe, porque de su garganta y cultura musical han salido grandes discos y fantásticas actuaciones. Escenarios donde, al margen de un cromático repertorio propio, añade retorcidas versiones de gente como John Lennon y su «Power to the people»; Iggy Pop y su «Lust for life», que cambia por «Lust for Christ»; Rolling Stones y «Simpathy for the Devil», que El Vez convierte en »Sympathy for Bush»; el clásico «Oh happy day», que transforma en un suplicante «Órale;, el «Viva las Vegas», que muta en un «Viva la raza»; «In the guetto», en «En el barrio»

El Vez crece musicalmente en el lado alternativo de Los Ángeles. Se declara el Elvis mexicano, al que imita, si cabe, con destreza y seguridad. A lo largo de su historia ha mezclado con maestría rock and roll, soul, gospel, latino..., siempre con un toque de fino humor. En un tiempo lejano, después de abandonar a The Zeros, se hacía acompañar por Spiders from Memphis, en homenaje a Bowie, y las El Vettes, a las que llamaba Priscilita, Gladisita, Lisa Maria y Que Linda Thomson.

El Vez giró hace un par de años por el Estado acompañado por los donostiarras Nuevo Catecismo Católico. En la actualidad, presenta «Endless revolution», donde fusiona a Elvis con Rage Againsts the Machine, a James Brown con Jesucristo Super Star y Bowie... Un espléndido disco que muestra a un imaginativo y dinámico El Vez, a quien puede vérsele hoy en el auditorio Bastero de Andoain.