El último balance del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) elevó a más de 835.000 el número de personas que se han desplazado desde el 2 de mayo para huir de los enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y los combatientes talibán en la región paquistaní de Malakand, en la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP) y donde se ubica el valle de Swat.

Son miles las familias que se apiñan en camiones o tractores o se trasladan a pie hasta campamentos y casas de acogida desde los tres distritos de Malakand más afectados por la ofensiva militar.

«Hasta ahora se han registrado 835.226 desplazados internos. Es un desplazamiento masivo», afirmó el Alto Comisio- nado Antonio Guterres. «Pakistán -añadió- está atravesando un periodo complicado y la comunidad internacional debería ayudarlo».

Estos desplazados se suman a otros 500.000 que abandonaron sus casas el año pasado para escapar de los combates.

Con 1,3 millones de desplazados, Pakistán experimenta actualmente el mayor traslado de personas desde su nacimiento, en 1947, cuando emigraron varios millones de personas, según la ONG Human Rights Watch.

Hoy se cumplen 20 días desde el inicio de la ofensiva del Ejército contra la insurgencia talibán en los distritos de Swat, Bajo Dir y Buner después de que los milicianos islamistas avanzaran hasta situarse a sólo 100 kilómetros de Islamabad. Ayer, el Ejército bombardeó supuestos refugios de combatientes talibán en el valle de Swat y Bajo Dir y, según dijo un responsable de seguridad, que pidió el anonimato, «muchas de sus guaridas han sido destruidas en las zonas montañosas».

Atrapados en Mingora

Los alrededor de 200.00o habitantes atrapados en la capital de la provincia, Mingora, suplicaron ayuda al Gobierno. «He visto a grupos talibán con armas pesadas entrar en la ciudad. Entraron en nuestras calles y empezaron a cavar trincheras» para prepararse para responder al ataque del Ejército, relató un funcionario gubernamental que huyó con su familia.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Guilani, se mostró convencido de que sus tropas obtendrán la victoria en la guerra contra los talibán y apeló a conquistar «las mentes y corazones» de los desplazados. «En el plano militar ganaremos la guerra -aseguró-, pero será desafortunado si la perdemos de cara al público», e instó a sus conciudadanos a «tener la misma pasión» con ellos que la que hubo con los «desplazados del terremoto de 2005».

Los talibán dieron un plazo de tres días para dimitir a todos los líderes locales de Malakand y exhortaron a los partidos políticos islamistas a respaldar su causa y demostrar a la gente que necesitamos la `sharia' (ley islámica) en Malakand».