El Estado francés patrimonializa las lenguas minorizadas para arrinconarlas en lo testimonial
Behatokia hizo ayer una valoración en profundidad de los resultados que arroja su informe anual sobre la situación de los derechos lingüísticos en relación con Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa en 2008. Un informe rico en información, datos y ejemplos, pero muy simple en cuanto a conclusiones: nada nuevo, ningún avance. En Ipar Euskal Herria el euskara se enfrenta a los mismos problemas y enemigos que el año pasado y que los anteriores: el dominio excluyente del francés en el ámbito público, impulsado sin embarazo por la mayor parte de los responsables políticos.
«El idioma de la República, de la Educación, del trabajo y de los servicios públicos es el francés». Esta es la respuesta invariable de las administraciones a quienes presentan una queja por la vulneración de los derechos lingüísticos amparados incluso por la ONU. Se constata así que la decisión tomada el pasado año por el Ejecutivo francés de denominar todas las lenguas patrimonio del Estado no tenía, como ya denunciaron numerosos organismos, otra función que lavar la cara de un Gobierno para el que el euskara forma parte del patrimonio cultural como lo hacen la Torre Eiffel o el croissant.