La sección sindical de LAB de Guardian Llodio duda de que la evaluación de riesgos en esa empresa esté al día y que todos los trabajadores conozcan los procedimientos adecuados para llevar adelante determinados trabajos. Ambos elementos son responsabilidad de la dirección de la empresa como indica la Ley de Prevención de Riesgos laborales (LPRL).

La central sindical ha desvelado que a comienzos del mes de mayo un trabajador de mantenimiento, Javier Lalaguna, de una ETT, sufrió un atrapamiento de la parte superior de su cuerpo en la instalación denominada «float zona fría, corte, rana número 1». Según LAB, «tuvo suerte y este accidente muy grave terminó en una serie de golpes y magulladuras en su cuerpo, pero podría haber engro- sado la lista de accidentes mortales». Hay que recordar que, al menos, han fallecido 31 trabajadores en Hego Euskal Herria hasta este mes.

Los representantes de los trabajadores se preguntan «¿por qué sucede un accidente tan grave en una instalación con la evaluación de riesgos al día?» y «¿cuál es el protocolo a seguir en ese trabajo de mantenimiento?» por lo que dudan de que todos los trabajadores afectados sepan los pasos que hay que dar para bloquear esa instalación durante el trabajo de mantenimiento, lo que es responsabilidad de la empresa, aunque ésta trata de eludir la misma.

LAB en el escrito que ha remitido a la Inspección de Trabajo duda de que «el encargado de supervisar y controlar todas las actitudes del personal a su cargo, así como las instalaciones de todos los elementos que intervienen en los procesos y en las instalaciones sean idóneas para desarrollar las tareas con seguridad y salud para el personal a su cargo». En este sentido, la central sindical indica que «cuestionamos que el día del accidente se realizara dicha labor, ya que si hubiera sido así probablemente podría haberse evitado el accidente laboral».

LAB denuncia, además, que «no se siguió el protocolo de seguridad de la empresa», a la vez que lamenta que «ante la petición de un miembro del comité de llamar al teléfono de emergencias del 112, la empresa optó por comunicárselo a la mutua». Eso demoró el traslado del accidentado en 35 minutos. «Al encontrarnos ante un accidente muy grave, según su protocolo, la dirección tiene obligación de ponerlo en conocimiento de la Autoridad Laboral, extremo que no nos consta».

Por último, a la central le preocupa que la dirección culpe al trabajador del accidente.