GARA > Idatzia > Iritzia > Jo puntua

Xabier Silveira Bertsolaria

Sastre, de cajón

Yo voy con Sastre, con él y con las gentes que con un envidiable sentido común han comprendido que la única salida para esta situación de caos e injusticia en la que nos quieren obligar a morir, la única salida, es cambiar

A menudo, cuando nada puede ir peor, lloramos, como si así fuéramos a cambiar el mundo, su rumbo o su amargo sabor a luto. Dudo, dicho sea de paso, de que el arrepentimiento haga hablar al mudo, de que tenga sentido alguno. Nunca volverá a ser ayer, aunque puede que mañana sea igual otra vez.

La esperanza no es virtud, sino necesidad, más cuando se trata de enderezar una deriva con rumbo fijo, un dar vueltas y más vueltas alrededor de un agujero negro que engulle banderas a la que no sople un poco el viento. Presiento, y deseo, cambios.

Porque seguir así no conduce a ninguna parte, hay que cambiar. Hay que salir de la espiral de multipersonalidad y aferrarse a ser quien se es. O sí o no, tonterías las justas. Y en esto, tener iniciativa siempre ayuda, aunque sea a que el resto no tiente el pasado y acabe por explotarnos en las manos nuestra propia boca. Y es que es ella, la boca, la que nos pierde y da pistas para que nos pillen con las manos en los bolsillos en cuanto bajamos la guardia un poco.

Hay que cambiar, digo, pues no ayudan mucho a la mudanza los votantes y amigos del cambiazo, constante pucherazo que rebosa tal odio que, repito, hay que cambiar. No de rumbo, cuidado, si no de mundo, hay que cambiar de mundo. Evidentemente, el mero hecho de votar a cierta candidatura en unas elecciones no es sinónimo de lo anteriormente citado, cambio de mundo, aunque sí que los cimientos de hoy puedan servir para construir algo mañana. Cuando la imposibilidad de conseguir nuestros objetivos dentro de los parámetros predefinidos se convierte en un tira y afloja entre el orgullo y la dignidad, lo mejor es cambiar, romper el marcaje; un buen desmarque es siempre ocasión manifiesta de gol y, claro está, lo que aquí manda es el fútbol. Disuélvanse pues todas las organizaciones criminales que se autoproclaman voz de este pueblo para que unido pueda avanzar hacia la paz y la libertad. PNV, Aralar, EA, disuélvanse, hagan el favor, y si tienen armas, entréguenlas. Es hora de cambios, hay que cambiar. Cambiar iniciativas sinceras por politiquería profesional, cambiar cuarenta años más de sangre y llantos por una resolución dialogada al eterno sufrir que es este país. Cambiar, no vaya a ser que la luz que se ve al final del túnel sea la del tren que viene en dirección opuesta. Cambiar.

Yo voy con Sastre, con él y con las gentes que con un envidiable sentido común han comprendido que la única salida para esta situación de caos e injusticia en la que nos quieren obligar a morir, la única salida, es cambiar. Cambiar y poner patas arriba el imperio que hace que pueblos hermanos seamos enemigos acérrimos sin ni siquiera saber por qué. Cambiar, para hacer un mundo más justo, más solidario, más humano, en el que pueblos y personas podamos decidir qué es lo mejor para cada una y llevar a cabo nuestras propias decisiones, sin injerencias ni restricciones que sólo responden al afán de unos cuantos por someter al resto. Cambiar. Y a ver qué pasa.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo