El día 1 de junio se celebró el Día Mundial de la Leche. He aquí que también este año la leche ha tenido su día, pero el próximo año ese día no tendrá leche, al menos en Karrantza. Cada caserío productor de leche pierde miles de euros mensuales ante el brutal descenso en el precio de litro de leche que les han aplicado las compañías operadoras del sector lácteo, mientras los costes de producción siguen subiendo. Producir un litro de leche le cuesta al baserritarra entre 42 y 47 céntimos de euro y las centrales se lo pagan a 26 céntimos. De esa leche obtienen la materia prima para otros productos lácteos (yogures, nata...) y un concentrado al cual, cuando convenga, le añadirán agua y conservantes hasta triplicar su volumen, y lo envasarán para venderlo como leche a precios que rondan un euro. Sin comentarios.

Las y los ganaderos del sector lácteo quieren resistir y vivir en, de, por y para las tierras que les han visto nacer a ellos y ellas, a sus mayores y a los que fueron mayores de sus mayores. Por su persistencia y continuidad en los caseríos, el mayor municipio de Bizkaia en extensión y uno de sus pulmones, Karrantza, como ninguna otra, se mantiene verde, equilibrada ecológicamente, sostenible y natural, y es de lo poco, que no lo único, que nos va quedando en nuestro territorio histórico. Una vez que cesen en su actividad, este país los perderá para siempre y, entonces, Karrantza no será Karrantza, Bizkaia será mucho menos Bizkaia y Euskal Herria habrá perdido el pilar que sostiene su medio rural.